'EL HOMBRE COMO UN ÁRBOL'
- Tu Bishvat y su significado: En el judaísmo existen cuatro Años Nuevos, uno de ellos es el Año Nuevo de los árboles. Tu Bishvat o Tu Bi’Shevat (hebreo: ט»ו בשבט). Ésta es una fiesta menor en el calendario hebreo. El nombre Tu Bishvat viene a partir de la fecha del día de fiesta, el décimo quinto día de Shevat (שבט). Shevat es el nombre del mes del calendario hebreo y las letras ט y ו, leído como “Tu” es el número 15 representado con la numeración hebrea. El 15 de Shevat (mes equivalente a enero o febrero), en Israel comienzan a asomarse los primeros brotes de vegetación. En consecuencia, se salía a plantar árboles.
- Cuando se celebra: Tu Bishvat, se celebra el día 15 del mes de Shevat.
- ¿Por qué el 15 de Shevat?: Esta época del año marca el punto medio del invierno cuando la fuerza del frío disminuye, la mayoría de las lluvias del año ya cayeron y la savia de los árboles comienza a subir. Por ello se celebre el año nuevo de los árboles justo en esa fecha. En esta fecha se celebra el renacimiento y florecimiento de los árboles y el pueblo judío. Según Rashi, el principal comentarista bíblico judío, se escogió esta fecha porque la mayoría de las lluvias de invierno terminan con Tu Bishvat, la savia empieza a subir y los frutos empiezan a madurar. De acuerdo con el Talmud (Rosh Hashaná 2a). Tu Bishvat era el día que se usaba para decidir la edad de un árbol respecto a la obligación de los diezmos. Los árboles frutales que florecían antes de esta fecha eran considerados parte de la cosecha del año previo; los árboles frutales que florecían después de Tu Bishvat se consideraban pertenecientes a la cosecha del año siguiente. La Torá enseña que la naturaleza debe ser respetada, aún en tiempos de guerra. No deben ser destruidos los árboles ni los bosques. (Devarim/Deuteronomio 20:19-20). Los árboles nos proporcionan alimento, liberan oxígeno, capturan CO2, previenen la erosión de los suelos y son el hogar de un gran número de especies.
- Costumbres de este día: En distintos círculos tradicionales, se reúnen el 15 de Shevat y se realiza un acto en el que se leen pasajes bíblicos relacionados con los árboles y la naturaleza. Se recitan bendiciones especiales y se comen frutos de diversos árboles. Los judíos jaredíes llaman el día por su nombre completo original, Jamishah Asar BeShevat (חמישה עשר בשבט) – El decimoquinto de Shevat. Se comen frutos y en el Estado de Israel salen grupos de alumnos a festejar al aire libre y plantar árboles. es uno de los cuatro Rosh Hashanot (Años Nuevos) mencionados en el Mishná, la base del Talmud.
- Comer un nuevo fruto: Las tradiciones de este día, que incluyen comer frutos, o en particular un «nuevo fruto» sobre el cual se pueda recitar la bendición de shehejeianu (que nos diste), fueron surgiendo a lo largo de los siglos. Final del formulario Sin embargo, es sorprendente que Tu Bishvat, la celebración del año nuevo de los árboles tenga lugar en medio del invierno. En la mayoría de las regiones, cuando uno camina en esta época del año y observa los árboles, estos parecen estar secos y sin vida. No se ve ni una hoja. Aparentemente sería más apropiado celebrar Tu Bishvat en la primavera, cuando los árboles cobran vida y se llenan de flores. Todo lo que los árboles producirán en la primavera y en el verano se prepara dentro del árbol ahora mismo, en medio del invierno. El eminente sabio francés del siglo XI, Rashi, explica (Rosh Hashaná 14) que a pesar de que los árboles parezcan no tener vida, en Tu Bishvat comienza a fluir en ellos la savia. La savia, que indica que los árboles retornarán a la vida y comenzarán a nutrir los futuros brotes y frutos, por lo general comienza a fluir cuando el clima todavía está helado de noche y apenas un poco menos helado durante el día.
- Reunión Familiar: Esta fecha es una buena excusa como para juntarse en familia y cumplir con la costumbre de comer muchos tipos de frutas.
- El hombre y el árbol: La Torá compara al hombre con un árbol, y al Tzadik (hombre justo y santo) con una floreciente palmera datilera. En una interesante afirmación del Talmud, nuestros Sabios declaran que el Tzadik vive para la eternidad, …»tal como su semilla está viva, así también él está vivo». («Semilla» es utilizada en este caso, como concepto de descendencia, hijos, discípulos).
- EI hombre es a menudo comparado con un árbol, porque comparten muchas características: Las raíces de un árbol están principalmente ocultas muy profundamente bajo el suelo, pero aunque no puedan verse, son el sostén del árbol, manteniéndolo firme y fuerte en todos los tipos de clima. Las raíces también nutren al árbol absorbiendo agua y nutrientes del suelo y distribuyéndolos. Las raíces de una persona son su emuná, su fe en Hashem. La mantiene firme durante tiempos dificultosos y la sostiene con fuerza en vientos y tormentas. La vivifica conectándola con Hashem, la fuente de toda vida. (Iyov/Job 14:7-9).
- El tronco de un árbol determina su crecimiento: Algunos crecen largos y altos, con sus ramas extendiéndose hacia el cielo. Otros permanecen atrofiados y quedan pequeños. Con cada año que pasa, el crecimiento del árbol puede ser marcado por los anillos de su tronco. El crecimiento de una persona está determinado por su estudio de Torá y observancia de mitzvot. Si hace mucho, puede crecer siempre más y acercarse más a Hashem. El estudio de Torá no es sólo una disciplina, sino un estilo de vida. En su esencia está el deseo del ser humano de relacionarse con el Creador. (Mateo 13:1-9 – 2 Kefas/Pedro 1:3-8).
- El producto más valioso del árbol es su fruto: Le da al árbol propósito y valor. Por medio de las semillas en el fruto, el árbol tiene el potencial de multiplicarse. Una persona se vuelve un miembro valioso de la sociedad cuando inspira a otros e influencia a quienes la rodean a ser fructíferos. Sus semillas de inspiración caen en suelo fértil, desarrollando el potencial en otros para crecer. (Devarim/Deuteronomio 6:1-9).
- El huerto del crecimiento de Torá es acreditado a la persona que le permitió florecer: El hombre debe esforzarse por ser como un árbol con sólidas raíces de emuna, un robusto y creciente cuerpo de Torá y mitzvot, y frutos de aroma dulce de inspiración para otros. (Mateo 3:8-10).
- La parábola de los árboles: Jueces 9:7-15 Cuando se lo dijeron a Jotam, fue y se puso en la cumbre del monte de Gerizim, y alzando su voz clamó y les dijo: Oídme, varones de Siquem, y así os oiga Hashem. Fueron una vez los árboles a elegir rey sobre sí, y dijeron al olivo: Reina sobre nosotros. Mas el olivo respondió: ¿He de dejar mi aceite, con el cual en mí se honra a Hashem y a los hombres, para ir a ser grande sobre los árboles? Y dijeron los árboles a la higuera: Anda tú, reina sobre nosotros. Y respondió la higuera: ¿He de dejar mi dulzura y mi buen fruto, para ir a ser grande sobre los árboles? Dijeron luego los árboles a la vid: Pues ven tú, reina sobre nosotros. Y la vid les respondió: ¿He de dejar mi mosto, que alegra a Hashem y a los hombres, para ir a ser grande sobre los árboles? Dijeron entonces todos los árboles a la zarza: Anda tú, reina sobre nosotros. Y la zarza respondió a los árboles: Si en verdad me elegís por rey sobre vosotros, venid, abrigaos bajo de mi sombra; y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano. Cuando los malos gobiernan, todos (buenos y malos, gustándoles o no) quedan debajo de su sombra (su autoridad); y a los que no se sometan a la zarza, esta los quemará (destruirá). Este es el proyecto del mal: hacer que el pueblo elija o permita que las zarzas suban al poder con el fin de destruirlo.
- El simbolismo del árbol en la Brit Hadasha: Nuestro Adon Yeshua Hamashiaj en varias parábolas utiliza el árbol como una imagen para ilustrar la relación entre la fe y las obras. En el Evangelio de Mateo, Yeshua compara a aquellos que creen en Él y viven de acuerdo con sus enseñanzas como árboles buenos que producen buenos frutos. Por otro lado, aquellos que no tienen fe genuina son comparados con árboles malos que no pueden producir frutos buenos. Otro aspecto interesante del simbolismo del árbol en la Torá es su relación con la crucifixión de Yeshua. El apóstol Pedro describe el sacrificio de Yeshua como un acto en el que Yeshua fue «colgado en un árbol». Esta referencia muestra cómo el árbol se convierte en un símbolo de la redención y el perdón de los pecados a través del sacrificio de Yeshua en un madero. Otro simbolismo del árbol en la Torá también se relaciona con el concepto de la vida eterna. En el libro del Apocalipsis, se describe un árbol de la vida que crece en el paraíso celestial.
- Luka/Lucas 6: 43-45 No hay árbol bueno que produzca frutos malos, ni árbol malo que produzca frutos buenos. Cada árbol se conoce por sus frutos. No se recogen higos de las zarzas, ni se cortan uvas de los espinos. El hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón, y el hombre malo dice cosas malas, porque el mal está en su corazón, pues la boca habla de lo que está lleno el corazón.
- Mateo 7: 15-20 Tengan cuidado con los falsos profetas. Ellos vienen a ustedes vestidos de oveja, pero por dentro son lobos hambrientos. Por sus frutos los reconocerán. ¿Puede la gente recoger uvas de los espinos, o higos de los cardos? De la misma forma, todo árbol saludable produce buen fruto, pero todo árbol enfermo produce mal fruto. Un árbol saludable no puede dar mal fruto, ni un árbol enfermo dar buen fruto. Todo árbol que no produce buen fruto es cortado y echado en el fuego. Así, pues, por sus frutos los reconocerán. Yeshua nos está previniendo sobre los falsos predicadores. Que sepamos distinguir entre los verdaderos y los falsos profetas. Son fácil de distinguir por sus acciones.
Este árbol de la vida proporciona sanidad y vida eterna a aquellos que tienen acceso a él. Este simbolismo del árbol de la vida muestra la promesa de una vida eterna y abundante para aquellos que creen en Hashem y siguen sus Mitzvot [mandamientos].
Tenemos una gran tarea que continuar: Uno de los más grandes desafíos a los que se enfrenta nuestro pueblo hoy es la incertidumbre respecto a las futuras generaciones. Los índices de asimilación son alarmantes, y muchos son los que se preguntan qué pueden hacer para que sus hijos, sus «frutos», se mantengan como orgullosos representantes del pueblo judío. Este dilema es tan complejo que cada caso y caso debe ser analizado de manera individual. Además, debemos comprender que Hashem maneja el mundo y sólo Él sabe las razones por las cuáles las cosas suceden de la forma en que lo hacen. Sin embargo, podemos ver cómo en el árbol el cuidado de los frutos no empieza en los frutos mismos, sino mucho antes. Para que un árbol pueda dar frutos, debe contar con raíces fuertes, cuidadas y protegidas. Sólo si hay una buena conexión entre el tronco y sus raíces, se podrán esperar frutos destacados. Muchas veces caemos en el error de identificar un problema como algo que no tiene nada que ver con nosotros. Pensamos en “qué harán las futuras generaciones”, sin pensar en qué podemos hacer nosotros como para facilitarles la elección. Nuestra generación no posee de profetas o de visionarios como para saber qué nos deparará el futuro. Lo que sí podemos hacer es dar nuestro máximo esfuerzo por mejorar nuestro presente. Nosotros somos hoy el «tronco» del pueblo judío. Y, si en verdad queremos ocuparnos de nuestras futuras generaciones, debemos aprender el mensaje que nos dan los árboles: reforzar nuestra conexión con nuestras raíces, desempolvar la riqueza de nuestro pueblo, y asegurarnos de ser transportadores adecuados de los “nutrientes espirituales” para proveer alimento a los frutos venideros.
BRIT HADASHÁ
CRECE COMO LOS ÁRBOLES: Cuatro lecciones en honor a “Tu Bishvat – El Año de los Árboles”
- Deja ir el pasado: Los árboles dejan caer sus hojas muertas. Evalúa si las decisiones que estás tomando hoy, las estás tomando en base a tu sistema de valores y creencias actual o si te estás aferrando a ideas que no te dejan crecer.
- EI crecimiento toma tiempo: El "gran roble fue alguna vez tan sólo una pequeña semilla. A veces, pareciera que no estamos avanzando, a pesar de nuestros esfuerzos, pero el crecimiento generalmente es lento y sutil. La consistencia y el coraje nutren nuestro crecimiento, incluso cuando no podemos ver un progreso notorio. Mantente firme. Algún día llegarás más alto de lo que imaginas.
- Planta algo hoy: El mejor momento para plantar un árbol es 'hace 20 años atrás'; el segundo mejor momento es ahora. Nunca es demasiado tarde para comenzar algo nuevo. Cada semilla que plantamos cuenta y es un regalo para la próxima generación.
- Dedicate a dar vida: Imagina si los árboles emitieran señales de Wi-Fi; ¡Estaríamos plantando árboles sin parar! Pero los árboles producen el oxígeno que respiramos. Nos dan vida. Nosotros también podemos dar vida al enseñar lo que sabemos, inspirando a los demás y eligiendo utilizar nuestros recursos para dar.
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REFLEXIÓN DE LA PARASHÁ
- Por el camino de la filistea los israelitas podían llegar a Canaán, caminando normalmente, en once días, pero viendo el Eterno que no estaban preparados para constituir un pueblo bien disciplinado, con sus leyes y estatutos, les guio por un camino opuesto, a fin de entrenarles espiritualmente
antes de ocupar la Tierra Prometida. - El Cántico contiene: (a) Una alabanza general al Eterno Di-s, por ser el Poderoso Salvador, tanto nuestro como de nuestros
antepasados, ante quien nada ni nadie puede resistirse; (b) un repaso de los milagros que acompañaron la partición del mar; (c) el plan que el Faraón tuvo en mente al perseguir a la nación y el rotundo fracaso de sus designios; (d) la reacción de los cananeos y demás naciones ante el milagro y lo que este presagiaba para ellos y,
finalmente, (e) el futuro de Israel como la nación del Eterno Di-s en Éretz Israel. - Mirando la parashá desde la óptica espiritual, el Eterno nos está enseñando, a desarrollar la EMUNA, LA FE.
- En Eterno en el salmo 91 nos da un cuadro de toda su protección para nosotros
- Él es nuestro refugio, nuestra fortaleza, nuestro protector, es fiel no importando nuestra circunstancia, está presente en momentos BUENOS, y en momentos NO TAN BUENOS,
- El Eterno nos esta recordando que él nunca nos a desamparado, que nunca nos ha dejado, ni nunca nos dejara; Nos dice: No te dejo, no te dejara, no te abandonare; Mas bien nosotros somos los que nos salimos de los parámetros del Eterno, cuando desobedecemos sus mandamientos y estatutos.
- Decimos obedecer y guardar, pero algunas veces hacemos caso omiso a cumplir a cabalidad la Torá/La Biblia.
- Él nos protege de día y de noche, como protegió a nuestro pueblo en el desierto; Hashem es el mismo ayer, hoy y por los siglos.
- La provisión del maná era diaria, no semanal ni mensual, porque el Eterno quería enseñarle a su pueblo (y a nosotros hoy) que, más allá del alimento físico, la mayor necesidad que tiene el hombre en esta vida, en medio del desierto, en medio de las dificultades, es una relación íntima que dependa de Él.
- ¡Necesitamos saber que Él es el Señor, y debemos conocer que Él es nuestro Elohim!, nuestro proveedor.
- A pesar de todas las indicaciones que el Eterno les dio, muchos fueron tercos, y desobedecieron desafiando las órdenes del Eterno y salieron el séptimo día a recoger alimentos, pero no les cayo nada. Igual nos pasa hoy en día, decimos obedecer al Eterno, decimos cumplir con sus mandamientos, pero muchas veces en el día de reposo, lo aprovechamos para hacer cosas que por estar trabajando no podemos hacer.
- Que el Eterno nos ayude a
verdaderamente obedecerle,
ya que es para nuestro propio
beneficio