LOS SACERDOTES Y LAS OFRENDAS
- Instrucciones sobre los Sacrificios y el Rol de los Sacerdotes: La Parashá Tzav, la segunda parashá del libro de Levítico (Vayikrá), presenta una serie de instrucciones que Hashem le dio a Moshé sobre cómo deben actuar los sacerdotes (kohanim) en el Mishkán (Santuario). Estas instrucciones son clave para entender la importancia de los sacrificios en el servicio de Hashem, el rol del sacerdote y el significado de mantener una conexión continua con lo divino.
- El Rol de los Sacerdotes (Kohaním): Hashem manda a Moshé a transmitir a Aharon y sus hijos, los sacerdotes, las obligaciones y derechos que tienen al ofrecer korbanot (sacrificios u ofrendas) en el Santuario. Los kohanim desempeñan un papel crucial al enseñar al pueblo cómo realizar las ofrendas correctamente y servir como intermediarios entre Hashem y los israelitas. El sacerdocio no se limita a ofrecer sacrificios; implica una gran responsabilidad espiritual. Los kohanim debían mantener su pureza y estar completamente dedicados al servicio de Hashem. Esta dedicación se refleja no solo en los sacrificios, sino también en su rol como guías espirituales, ayudando al pueblo a acercarse a Hashem con respeto, amor y devoción.
- Tipos de Sacrificios: En esta parashá, se describen varios tipos de sacrificios que se ofrecían en el altar del Mishkán:
- Ofrenda Quemada (Ola): Se quemaba completamente sobre el altar, simbolizando la dedicación total de la persona a Hashem, sin que quedara nada para los kohanim.
- Ofrenda de Paz (Shelemim): Parte de la ofrenda se quemaba en el altar, otra parte la consumía el oferente, y algunas partes se entregaban a los sacerdotes. Representaba la paz y armonía con Hashem y la comunidad.
- Ofrenda por el Pecado (Jatat) y Ofrenda por la Culpa (Asham): Estas ofrendas se ofrecían para expiar errores y transgresiones. Los kohanim comían la carne de estas ofrendas, pero solo en un lugar sagrado y dentro de un tiempo específico.
- Ofrenda Vegetal (Minjá): Esta ofrenda de cereales, sin sangre, también tenía su lugar en el altar. Una parte se quemaba, y el resto lo consumían los sacerdotes. Cada tipo de sacrificio tiene un simbolismo profundo. El sacrificio que se quema completamente (Ola) representa la dedicación total, mientras que las ofrendas de paz, pecado y culpa reflejan la importancia de la reconciliación, el arrepentimiento y la restauración de la paz con Hashem y con la comunidad.
- El Fuego Eterno en el Altar: Un elemento central de la Parashá Tzav es el mandato de que el fuego del altar nunca se apague. Este fuego simboliza la presencia continua de Hashem entre el pueblo de Israel. Los kohanim son responsables de mantenerlo encendido todo el tiempo, enseñándonos la importancia de mantener nuestra conexión con Hashem de manera constante. Aunque ya no realizamos sacrificios físicos, este mandato es relevante para nosotros. El fuego eterno del altar nos recuerda que nuestra relación con Hashem debe mantenerse viva y activa, a través de nuestras oraciones, actos de bondad y dedicación espiritual.
- La Consagración de Aharon y sus Hijos: También se describe el proceso de consagración de Aharon y sus hijos como sacerdotes. Durante siete días, permanecen dentro del recinto del Santuario, donde Moshé los inicia en el sacerdocio. Este período de consagración simboliza la preparación necesaria para servir a Hashem de manera adecuada, tanto física como espiritualmente. Los sacerdotes debían ser personas puras, y su santidad no solo se reflejaba en su rol ceremonial, sino también en su comportamiento diario. Al estar dedicados completamente a Hashem, los kohanim enseñaban al pueblo la importancia de mantener la santidad en todas las áreas de la vida.
- Lecciones para Nosotros: Aunque los sacrificios ya no se practican, la Parashá Tzav tiene lecciones valiosas para todos: Así como los sacrificios eran actos de dedicación total, nosotros también debemos dedicar nuestra vida y nuestras acciones a Hashem, ya sea a través de la oración, el estudio de la Torá o el acto de hacer el bien. El fuego eterno en el altar nos enseña que debemos mantener nuestra relación con Hashem siempre viva y activa. Al igual que el fuego nunca se apaga, nuestra fe y devoción tampoco deben apagarse. El rol de los sacerdotes nos recuerda que debemos esforzarnos por mantener nuestro corazón limpio y nuestras acciones correctas, sirviendo a Hashem con integridad y dedicación.
HAFTARÁ
Malaquías profetiza la venida de un mensajero: El mensaje de purificación, juicio y esperanza para el pueblo de Israel. La figura del «mensajero» que prepara el camino para la venida del Mashiaj, junto con el símbolo del fuego refinador, enfatiza la necesidad de volver a un estado de pureza espiritual. También es una advertencia y un llamado a la Teshuvá, al arrepentimiento. La restauración de la relación con Hashem no solo implica arrepentirse de los pecados, sino también actuar con justicia y fidelidad en la vida cotidiana. La justicia social, el trato a los pobres, las viudas y huérfanos, y la honestidad en los tratos, son fundamentales para que las ofrendas de Israel sean agradables a Hashem. Finalmente, la inmutabilidad de Hashem y Su amor inquebrantable por Israel subraya la esperanza de redención. Aunque el pueblo ha sido infiel, Hashem sigue siendo fiel y dispuesto a restaurar a aquellos que se arrepienten sinceramente.
BRIT HADASHÁ
El Rey de Justicia: Porque el mandamiento anterior es abrogado a causa de su debilidad e ineficacia, pues nada perfeccionó la ley, y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Hashem. El sacerdocio levítico fue establecido por la ley de Moshé y tenía una función importante, pero la ley asociada a él era limitada. No podía perfeccionar al pueblo. El nuevo sacerdocio, representado por Melquisedec y cumplido en Yeshua, es superior porque ofrece una mejor esperanza. El autor de hebreos muestra que este sacerdocio no podía llevar a la perfección al pueblo de Israel. En cambio, el sacerdocio de Melquisedec y su cumplimiento en el sacerdocio eterno de Yeshua HaMashiaj ofrece una esperanza nueva y eterna. El autor de hebreos utiliza el modelo de Melquisedec para subrayar que el sacerdocio de Yeshua no está limitado por la muerte, ni por las restricciones de la genealogía humana, sino que es eterno y eficaz, lo que permite a los creyentes acercarse a Hashem de una manera perfecta y definitiva.