EL LIDERAZGO A PRUEBA
- ¿Qué significa el nombre Koraj?: La raíz de «Koraj» está relacionada con la palabra «kareaj», que significa «calvo». Algunos sabios ven en este nombre una alusión simbólica: así como la calvicie representa una falta de cobertura, Koraj representa una falta de cobertura espiritual o de humildad, queriendo ir más allá de los límites que Hashem había establecido.
- Rebelión en contra de Moshé y Aharón: Koraj (un leví), junto con Datan, Aviram y 250 hombres israelitas, todos miembros del pueblo de Israel, y muchos de ellos eran levitas o lideres de tribus. se rebelan contra la autoridad de Moshé y Aharón. Cuestionan por qué solo Aharón es el sumo sacerdote, si “toda la congregación es santa”.
- El orgullo y la envidia de Koraj: Koraj, aunque era parte de la tribu de Leví y tenía una posición elevada, quería más, el sacerdocio. Koraj y sus asociados habían visto las ventajas del sacerdocio en Egipto. Israel acababa de salir de Egipto, una civilización muy jerárquica, donde los sacerdotes eran una clase cerrada y poderosa. Algunos comentaristas dicen que Koraj y sus seguidores querían un sistema más parecido al egipcio, donde el poder espiritual era sin control profético y dependía del prestigio, no de la elección divina; Algo que Koraj deseaba para sí mismo. Koraj pudo haber asumido que Moshé, Aharon y sus hijos estaban tratando de hacer del sacerdocio Israelita la misma clase de máquina política. Él quería ser una parte de ella. No comprendió que la ambición principal de Moshé era servir a HaShem y no la de controlar a los demás. Hay muchos de ellos hoy día. El Midrash enfatiza que su rebelión no fue por justicia, sino por interés personal y envidia. Se cita el principio: “Hakina, hataavá vehakavod motziin et ha’adam min haolam”, la envidia, el deseo y el honor sacan al hombre del mundo (Pirkei Avot 4:21). Algunos midrashim y comentaristas (como el Sforno o el Or HaJaim) sugieren que Koraj actuó como los sacerdotes egipcios, queriendo manipular el sistema espiritual a su favor.
- El rechazo a la autoridad divina: Koraj no solo se rebela contra Moshé, sino contra Hashem, quien había designado a Moshé y Aharón. Moshé aclara: “No contra nosotros es vuestra queja, sino contra Hashem”.
- El castigo divino: La tierra se abre y traga a Koraj y a sus seguidores, señal clara de que su rebelión fue antinatural. El castigo refuerza la idea de que el liderazgo en Israel no es político, sino designación divina basada en santidad y servicio.
- Confirmación del liderazgo de Aharón: Se realiza la prueba de las varas: solo la vara de Aarón florece (almendros), símbolo de vida, paz y elección divina. El sacerdocio no es privilegio, sino responsabilidad espiritual.
- La función del Cohén y el Levita: Hashem da instrucciones sobre los deberes y derechos de los Cohanim y Leviim. Se detallan las ofrendas que reciben como parte de su servicio, pero también su gran responsabilidad.
- Koraj representa en la tradición hebrea: La rebelión motivada por el ego. La envidia disfrazada de idealismo. La disputa no constructiva. El peligro de no reconocer los roles que Hashem asigna.
- Reflexión: El servicio a Hashem exige humildad, no ambición. La santidad del pueblo no niega la necesidad de líderes espirituales designados por Hashem. La verdadera grandeza se alcanza al aceptar con alegría el rol que Hashem da a cada uno.
HAFTARÁ
Tanto la parashá como la Haftará tratan el tema del liderazgo. Hashem asigna a cada líder su rol. La Parashá Koraj se rebela contra el liderazgo de Moshé y Aharon. muestra lo que ocurre cuando se desafía ese orden por orgullo; la Haftará el profeta Shmuel defiende su liderazgo ante el pueblo que exige un rey. Y nos enseña, que incluso el liderazgo legítimo debe estar siempre en obediencia al Eterno. El liderazgo legítimo requiere consentimiento del pueblo, dirección divina y propósito espiritual. La verdadera alegría surge cuando hay unidad entre el líder, el pueblo y Hashem. Incluso un rey necesita renovación espiritual constante. Shmuel un líder humilde, honesto, guiado por HaShem. Sirve sin aprovecharse del cargo.
BRIT HADASHÁ
¿Qué significa “el mayor” en el contexto judío?: En el judaísmo del siglo I, la pregunta “¿quién es el más grande?” tenía un contexto espiritual, social y escatológico: No se trataba solo de estatus humano, sino de quién tendría una posición especial o elevada en el Reino mesiánico. El Reino de los Cielos se entendía como el gobierno de HaShem, tanto presente como futuro (escatológico). En el Talmud y en los midrashim, hay discusiones sobre quién es más grande: el que estudia Torá, el que hace buenas obras, el que enseña, el humilde, etc. La pregunta refleja una preocupación válida entre los discípulos, pero con una mentalidad aún muy humana: querían saber sobre estatus, jerarquía. La respuesta de Yeshúa: “Como este niño”, Yeshúa da una respuesta inesperada: “De cierto os digo que, si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. Así que cualquiera que se humille como este niño, ese es el mayor en el Reino de los Cielos.” (Mateo 18:3–4)
¿Por qué un niño?: En la sociedad judía antigua, un niño: No tenía poder ni autoridad. Era completamente dependiente de otros. No tenía derechos legales plenos. Era visto como alguien puro, moldeable y humilde. Yeshúa redefine la grandeza; No es el más sabio, ni el más fuerte, ni el más elocuente… El más grande es el que se hace humilde, como un niño. (humildad y dependencia de Hashem): La humildad/Anavalá, es uno de los rasgos más elevados. El Pirkei Avot (Ética de los Padres 4:1) pregunta: ¿Quién es fuerte? El que domina su instinto. ¿Quién es sabio? El que aprende de todos. La grandeza se mide por el carácter y la espiritualidad, no por el rango. La verdadera grandeza en el Reino de Dios no se basa en títulos, fama o influencia, sino en la actitud del corazón. Ser “el mayor” no es ocupar un trono, sino ser el más humilde, dependiente de Dios, enseñable y compasivo, como un niño.