LA LUZ DEL MISHKÁN
- Encendido de la Menorá: Encender la luz, caminar en obediencia. La Parashá comienza con la orden de Hashem a Aharón: “Cuando enciendas las lámparas…” (Núm 8:2). Esto no es solo encender fuego; es despertar la luz espiritual dentro de nosotros. HaShem ordena a Aharón encender la Menorá en el Mishkán (Tabernáculo). La luz representa sabiduría, revelación y la presencia de HaShem. ¿Qué tipo de “luz” estás encendiendo en tu vida? ¿Influyes positivamente a otros? La Menorá, símbolo de la transmisión de la Torá.
La orden de encender la Menorá con una llama inclinada hacia el centro simboliza la transmisión de la Torá de generación en generación. Según el rabino Uziel Milevsky, esto indica que la educación debe inspirar a los estudiantes hasta que su propio interés en la Torá se encienda. La Menorá representa la Torá Oral, transmitida de manera personal y apasionada.
- Purificación de los Leviim: Los levitas son separados y purificados para servir en el Mishkán. Se simboliza la necesidad de preparación y pureza espiritual antes de servir a HaShem. ¿Cómo puedes preparar tu corazón para servir a HaShem en tu escuela, casa o comunidad?
- Pesaj Shení (La Segunda Pascua): Se da una segunda oportunidad a quienes no pudieron celebrar Pésaj.
¡HaShem es un HaShem de segundas oportunidades! No estás perdido si te equivocaste. Siempre hay una manera de volver a empezar con HaShem.
- La Nube que Guiaba a Israel: La nube cubría el Mishkán y se movía cuando HaShem lo decidía. Israel debía seguir la nube, día o noche. ¿Estás atento a la guía de HaShem en tu vida o solo haces lo que tú quieres?
- Las Dos Trompetas de Plata: Se usaban para reunir al pueblo y dar señales de movimiento o guerra. Representan la voz de HaShem llamando a su pueblo. ¿Estás escuchando la voz de HaShem?
- La Partida del Sinaí: El pueblo comienza su viaje, pero no todo sale bien.
- La Rebelión del Pueblo: Rebelión, Quejas y el Fuego del descontento. El pueblo se queja de la comida y quiere carne. HaShem les da codornices, pero muchos sufren las consecuencias. El descontento y la queja alejan nuestra fe. Sé agradecido.
- El deseo por los placeres mundanos: El pueblo recuerda con nostalgia los alimentos que consumían en Egipto, como pescado y verduras, «gratuitamente». El rabino Moshe ben Nachman (Ramban) explica que, aunque en Egipto recibían estos alimentos sin costo, estaban esclavizados y carecían de libertad. La queja del pueblo refleja una falta de apreciación por la libertad y los valores espirituales que ahora poseen
- Miriam y Aarón Hablan Contra Moshé: Miriam es castigada por hablar mal de su hermano. No juzgues a los demás. Practica la humildad y el respeto. Moshé es llamado “el más humilde de todos los hombres”.
- Crítica a Moshé por su esposa: Miriam y Aarón critican a Moshé por haberse apartado de su esposa, Séfora. Según el Midrash, esto ocurrió cuando Séfora comentó sobre la revelación del espíritu de HaShem sobre los ancianos, mencionando que Moshé ya no se acercaba a ella. Miriam y Aarón cuestionaron si solo Moshé era digno de recibir la profecía. Como resultado, Miriam fue castigada con lepra durante siete días, mientras que Aarón fue curado instantáneamente.
HAFTARÁ
- Llamado al regocijo: Comienza con un llamado a la hija de Sion para alegrarse, porque HaShem morará de nuevo en medio de ella (Zacarías 2:14).
- El regreso de HaShem a Jerusalén: Profetiza la restauración de Jerusalén y el regreso de la Presencia Divina. Visión del sumo sacerdote Iehoshúa (Josué): Zacarías ve a Iehoshúa vestido con ropas sucias (símbolo del pecado), siendo defendido por un ángel ante la acusación de ha satán. HaShem lo purifica y lo viste con ropas limpias.
- La Menorá de oro: Zacarías tiene una visión de una Menorá (candelabro) de oro con un depósito de aceite encima y tubos que alimentan sus lámparas desde dos olivos. La haftará culmina con el famoso versículo: No con ejército ni con fuerza, sino con Mi espíritu, dice el Eterno de los Ejércitos.
- La Menorá es el elemento central de conexión: En la parashá, HaShem ordena a Aarón que encienda la Menorá del Mishkán (Tabernáculo); en la haftará, Zacarías ve una Menorá celestial, símbolo de la luz espiritual y de la presencia divina. También se enfatiza la pureza sacerdotal y el liderazgo espiritual, tanto en Aarón como en Iehoshúa el Sumo Sacerdote.
BRIT HADASHÁ
- Los creyentes son sal y luz: Es una reafirmación del llamado eterno del pueblo de HaShem a ser pacto, luz, sabiduría y ejemplo ético para las naciones. Yeshúa no está introduciendo un nuevo concepto, sino reviviendo la identidad profética de Israel como luz del mundo y guardianes de la Torá viviente.
- Vosotros sois la sal de la tierra: En el judaísmo, la sal tiene un valor sagrado. En (Levítico 2:13), se ordena: No dejarás que falte la sal del pacto de tu HaShem de tu ofrenda. La sal del pacto simboliza pureza, permanencia y fidelidad. Se usaba en los korbanot (ofrendas) para preservar y santificar. Yeshúa está llamando a sus discípulos a ser como la sal del pacto: preservar la Torá, santificar el entorno y mantener la fidelidad a HaShem.
- Vosotros sois la luz del mundo: En Isaías 49:6, HaShem dice al siervo de Israel: Te di por luz a las naciones, para que seas mi salvación hasta los confines de la tierra. El pueblo de Israel, en su rol sacerdotal (Éxodo 19:6), está llamado a reflejar la luz divina al mundo. La Menorá en el Templo era símbolo de la sabiduría divina y la Torá (Proverbios 6:23). Yeshúa reafirma su audiencia judía como herederos de esta misión profética: ser luces para el mundo, no escondidos ni temerosos. Luz, igual a Torá vivida; la luz no es solo fe, sino acción que impacta. La idea es no esconder lo sagrado por miedo o conformismo. El creyente no debe ocultar su llamado espiritual. Así como la luz debe elevarse, también lo debe hacer la vida piadosa, ética y comprometida.