UNA HUIDA AL ÉXITO
- Iaacov parte de Beer-Sheva [Beerseba] hacia Jarán [Harán]: En la pasada porción de la Torá, dejamos a Iaacov [Jacob] listo para salir de su casa, por el conflicto con su hermano Esav [Esaú], ya que lo iba a matar porque le había quitado la bendición que su padre le iba a dar. Se dirige a la tierra de Labán, hermano de Rivka [Rebeca] en busca de esposa. Iaacov estaba forzado a salir dada la enemistad de su hermano Esav, pero tenía ya la bendición de su padre. Salió solo con su cayado y su bastón de mando. Iaacov sale de Beer-Sheva y se desplaza hacia Jarán.
- El sueño de la escalera: En el camino llega a un lugar muy especial donde pasa la noche acostado sobre una piedra. Sueña con una escalera desde la tierra hasta el cielo. Los ángeles de Elohim suben y bajan por ella. El Eterno se presenta y le dice que le va a dar la tierra donde está acostado a él y a su descendencia. Su descendencia será como el polvo de la tierra y se extenderá hacia las cuatro direcciones. En Iaacov y en su simiente serán bendecidas todas las familias de la tierra. También promete acompañarle en su viaje.
- El Monumento de Piedra y el Aceite: Iaacov despierta con temor reverente y por la mañana erige la piedra como monumento derramando aceite por encima. Llama el lugar Bet El/Betel (casa de Elohim), aunque originalmente el nombre de la ciudad era Luz. Aquí hay una alusión al Mesías, la piedra fundamental para la casa de Elohim y el Ungido con aceite. Mesías significa Ungido. El aceite de oliva representa el Ruaj/Espíritu del Eterno. Esto concuerda con el texto de
Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Shimón Pedro, dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo del Elohim viviente. Y Yeshua, respondiendo, le dijo: Dichoso eres, Shimón, hijo de Yoná/Jonás, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi congregación; y las puertas del sheol/Hades no prevalecerán contra ella.”
Mateo 16:15 - 18
- La revelación que tuvo Iaacov de la escalera que representa al Mesías se asemeja a la revelación que tuvo Pedro acerca de quién era Yeshua. Sobre esa roca será edificada la casa espiritual, la congregación de los santos y creyentes en Yeshua dentro de Israel, como el mismo Pedro escribe:
Y viniendo a Él como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Elohim, también vosotros, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Elohim por medio de Yeshua el Mesías.” Y en el Salmo 118:23 está escrito: “La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser la principal del ángulo.”
I Pedro 2:4 - 5
- Los edificadores fueron los líderes religiosos en Israel que rechazaron a Yeshua como el Mesías, como está escrito en:
Entonces Pedro, lleno del Espíritu de Santidad, les dijo: Gobernantes y ancianos del pueblo... Este es la piedra desechada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser la piedra angular.”
Hechos 4:8
La Promesa de Iaacov: Iaacov hizo una promesa, diciendo: Si Elohim ha de estar conmigo y ha de protegerme en este camino que estoy recorriendo, si ha de darme pan para comer y ropa para vestir, si he de retornar en paz a la casa de mi padre, y si Hashem ha de ser mi Elohim, o sea, si Él va a hacer que Su Nombre repose sobre mí; entonces, esta piedra que he erigido como monumento, será la Casa de Elohim, allí era el lugar donde posteriormente se construiría el Templo. Y de todo lo que me dieses, te daré en efecto la décima parte.
Encuentro de Iaacov/Jacob y Rajel/Raquel: Entonces Iaacov levantó sus pies o sea, se levantó motivado y fue hacia la tierra de los orientales. Miró, y había un pozo en el campo. Y allí, tres rebaños de ovejas que yacían junto a él, pues de aquel pozo abrevaban los rebaños. La piedra que estaba sobre la boca del pozo era grande. (Es llamativo que las mujeres estén siempre junto a un pozo de agua. Eliezer encontró a Rivká junto a un pozo, también Moshé encontró a su esposa junto a un pozo de agua y Miriam era el sustento espiritual del manantial de agua que abastecía a los israelitas en su travesía por el desierto). Cuando todos los rebaños se reunían allí, (los pastores) hacían rodar la piedra de la boca del pozo y abrevaban el ganado; y luego reubicaban la piedra sobre la boca del pozo, en su lugar. Entonces les dijo Iaacov: Hermanos míos, ¿de dónde son Uds.? Y ellos contestaron: Somos de Jarán. Les preguntó: ¿Conocen a Labán, hijo de Najor?, Lo conocemos, respondieron les preguntó: ¿Está bien? Y dijeron: Sí, está bien. Mira, su hija Rajel está viniendo con el ganado. Les dijo Iaacov. Miren, todavía el día es largo. No es momento aún de recoger el ganado. Abreven al rebaño y vayan a apacentarlo. Ellos respondieron: No podemos hacerlo hasta que se junten todos los rebaños y los pastores hagan rodar la piedra de la boca del pozo para que abrevemos el ganado. Mientras Iaacov estaba hablando con ellos, vino Rajel con el ganado de su padre, pues ella era pastora. Cuando Iaacov vio a Rajel, hija de Labán, hermano de su madre; y al ganado de Labán, hermano de su madre, se acercó Iaacov e hizo rodar la piedra de la boca del pozo y abrevó el ganado de Labán, hermano de su madre. Iaacov besó a Rajel, levantó su voz y lloró. Iaacov le dijo a Rajel que era pariente de su padre y que era hijo de Rivká. Entonces ella corrió y le contó a su padre. Cuando Labán escuchó las noticias de Iaacov, hijo de su hermana, corrió a su encuentro y lo abrazó, lo besó y lo llevó a su casa; entonces le contó a Labán todos esos acontecimientos.
Iaacov se enamora de Rajel: Labán le dijo a Iaacov: ¿Acaso porque eres mi pariente me servirás gratuitamente?; dime cuánto debe ser tu pago. Labán tenía dos hijas: el nombre de la mayor era Leá y el nombre de la menor, Rajel. Los ojos de Leá eran melancólicos. Rajel era hermosa de cara y de figura. Iaacov quería a Rajel; y dijo: Trabajaré para ti 7 años por tu hija menor, Rajel. Labán respondió: Mejor es que te la dé a ti antes que a otro. Quédate conmigo. Iaacov trabajó por Rajel 7 años, que a sus ojos fueron como unos pocos días por su amor a ella.
Labán engaña a Iaacov [Jacob]: Entonces Iaacov le dijo a Labán: Dame mi mujer que se ha cumplido mi plazo y consumaré el matrimonio con ella. Entonces Labán juntó a todos los hombres del lugar e hizo una fiesta. Y al anochecer tomó a su hija Leá y la llevó ante Iaacov, quien consumó el matrimonio con ella. Labán le dio a su hija Leá, Y por la mañana, resulta que Iaacov se dio cuenta de que ella no era Rajel sino Leá. Entonces Iaacov le dijo a Labán: ¿Qué me hiciste?, ¿acaso no te serví por Rajel? ¿Por qué me engañaste? Labán respondió: No se procede así en nuestro lugar, no se entrega en casamiento a la menor antes que la mayor.
Iaacov trabaja 7 años más por Rajel: Completa la semana nupcial de ésta y luego te daremos también la otra, por el trabajo que harás para mí durante otros 7 años. Así hizo Iaacov, cumplió los 7 días nupciales de aquella y él le dio como esposa a su hija Rajel. Él amaba a Rajel aún más que a Leá; y trabajó con Labán otros 7 años.
Nacimiento de los doce hijos de Iaacov. Las Doce Tribus: (en esta porción vemos el nacimiento de once de las doce tribus, ya que la tribu de Binjamím [Benjamín] se describe en el capítulo 35.
La porción de VaYetzé se caracteriza por algo muy especial, ya que 11 de las 12 tribus de Israel nacen en esta porción. Una porción corta, pero con unos temas profundos y proféticos. Temas muy interesantes como:
- La obediencia: La obediencia de Iaacov al ir a buscar esposa de su misma familia.
- La Tefila/oración: La tefila tanto de Iaacov, Leá y Rajel. La Tefila de Iaacov después del sueño que tuvo, sobre la visión de los ángeles que subían y bajaban por una escalera que estaba apoyada en tierra, cuyo extremo superior alcanzada hasta el cielo.
- El engaño: ya que fue Iaacov fue engañado por Labán, al otorgarle a Leá en cambio de Rajel la mujer la cual amaba Iaacov, y más tarde Iaacov huye con toda su familia, y Labán lo enfrenta vemos una vez más el engaño.
- Los Obstáculos: El saber superar o sobreponerse a los obstáculos, ya que Iaacov trabajo catorce años para poder conseguir lo que deseaba.
- Las promesas: Las promesas de parte del Eterno, siempre se cumplen; le dice a Iaacov, que su descendencia seria como el polvo de la tierra. “Yo estaré contigo, le dice Hashem a Iaacov”. La Torá está llena de promesas de parte de Hashem, pero a veces nos desanimamos porque sentimos como que Hashem no nos cumple.
Números 23:19: Hashem no es un hombre; por lo tanto, no miente. Él no es humano; por lo tanto, no cambia de parecer. ¿Acaso alguna vez habló sin actuar? ¿Alguna vez prometió sin cumplir?
HAFTARÁ
Mi pueblo está indeciso de retornar hacia Mí. Aunque los llaman a volver hacia el Supremo, están confabulados en no responder. Efraim Me rodeó con falsedad y la Casa de Israel con engaño. Pero Iehudá gobierna con él y es Leál al Santo. Efraim apacienta al viento y corre tras el viento del este. Constantemente incrementa sus mentiras y el abuso. Hacen alianza con Ashur y envían aceite a Egipto. Hashem tiene motivo de queja contra Iehudá. Castigará a Iaacov por su conducta y según sus malas acciones le recompensará.
Hoshea [Oseas] 11:7 - 13:5
La porción nos muestra una vez mas el amor de Hashem para con su pueblo Israel, pero también sobre el juicio de Hashem para con Israel. Hashem se lamenta que Israel es como un niño mimado que se ha rebelado contra sus padres. Les hace una serie de recuentos de como los sacó de Egipto y los guio y protegió durante su travesía por el desierto. También los acusa que han vuelto a la idolatría, la injusticia y la violencia. Les recuerda que en pasado Israel fue fiel a él. En síntesis, es una advertencia para todos los que desean seguirlo a él. Hashem ama a su pueblo, pero también lo juzgará por sus pecados. Si queremos evitar el juicio de Hashem, debemos arrepentirnos de nuestros pecados y volvernos a él, pero de una manera genuine.
BRIT HADASHÁ
Al día siguiente, habiendo decidido marcharse al Galil, Yeshua encontró a Felipe y le dijo: “¡Sígueme!” Felipe era de Beit-Tzaidah (Betsaida), la ciudad donde vivián Andrés y Kefa. Felipe encontró a Natanael y le dijo: “Hemos encontrado a aquel acerca del cual escribió Moshé en La Torá y también en los Profetas, es Yeshua Ben-Yosef de Natzeret. Natanael le contestó: “¿De Natzeret?” ¿Puede algo bueno salir de allí?” “Ven y velo”, le contestó Felipe.
Juan 1:43 - 51
El apóstol Juan nos cuenta la historia del encuentro de Yeshua con Natanael. Natanael es un hombre de Caná de Galilea, y es descrito como un «verdadero israelita, en quien no hay engaño». El encuentro comienza con Felipe, un discípulo de Yeshua, invitando a Natanael a conocer a Yeshua. Felipe le dice a Natanael que ha encontrado al Mesías, y Natanael se muestra escéptico, desconfiado. Yeshua ve a Natanael acercarse y lo saluda, diciendo: «He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño». Natanael sorprendido le pregunta a Yeshua cómo lo conoce, y Yeshua responde: «Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. Natanael se sorprende aún más y declara: «Rabí, tú eres el Hijo de Elohim; tú eres el Rey de Israel». Yeshua responde: «¿Porque te dije que te vi debajo de la higuera, crees? Pues verás cosas mayores que estas». En la porción podemos ver varios aspectos interesantes.
- La capacidad de Yeshua de ver el corazón de las personas.
- La autoridad de Yeshua. Yeshua puede ver a Natanael desde lejos, y Natanael reconoce su autoridad cuando declara que Yeshua es el Hijo de Elohim.
- Una promesa de la revelación futura. Yeshua le dice a Natanael que verá cosas mayores que estas. Esto se refiere a las muchas señales y maravillas que Yeshua realizará en el futuro.
- El encuentro de Yeshua con Natanael es un momento importante en el Evangelio de Juan. Es un momento en el que Yeshua revela su autoridad y su capacidad de ver el corazón de las personas. Es también un momento en el que Yeshua promete una revelación futura.
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REFLEXIÓN DE LA PARASHÁ
- Por el camino de la filistea los israelitas podían llegar a Canaán, caminando normalmente, en once días, pero viendo el Eterno que no estaban preparados para constituir un pueblo bien disciplinado, con sus leyes y estatutos, les guio por un camino opuesto, a fin de entrenarles espiritualmente
antes de ocupar la Tierra Prometida. - El Cántico contiene: (a) Una alabanza general al Eterno Di-s, por ser el Poderoso Salvador, tanto nuestro como de nuestros
antepasados, ante quien nada ni nadie puede resistirse; (b) un repaso de los milagros que acompañaron la partición del mar; (c) el plan que el Faraón tuvo en mente al perseguir a la nación y el rotundo fracaso de sus designios; (d) la reacción de los cananeos y demás naciones ante el milagro y lo que este presagiaba para ellos y,
finalmente, (e) el futuro de Israel como la nación del Eterno Di-s en Éretz Israel. - Mirando la parashá desde la óptica espiritual, el Eterno nos está enseñando, a desarrollar la EMUNA, LA FE.
- En Eterno en el salmo 91 nos da un cuadro de toda su protección para nosotros
- Él es nuestro refugio, nuestra fortaleza, nuestro protector, es fiel no importando nuestra circunstancia, está presente en momentos BUENOS, y en momentos NO TAN BUENOS,
- El Eterno nos esta recordando que él nunca nos a desamparado, que nunca nos ha dejado, ni nunca nos dejara; Nos dice: No te dejo, no te dejara, no te abandonare; Mas bien nosotros somos los que nos salimos de los parámetros del Eterno, cuando desobedecemos sus mandamientos y estatutos.
- Decimos obedecer y guardar, pero algunas veces hacemos caso omiso a cumplir a cabalidad la Torá/La Biblia.
- Él nos protege de día y de noche, como protegió a nuestro pueblo en el desierto; Hashem es el mismo ayer, hoy y por los siglos.
- La provisión del maná era diaria, no semanal ni mensual, porque el Eterno quería enseñarle a su pueblo (y a nosotros hoy) que, más allá del alimento físico, la mayor necesidad que tiene el hombre en esta vida, en medio del desierto, en medio de las dificultades, es una relación íntima que dependa de Él.
- ¡Necesitamos saber que Él es el Señor, y debemos conocer que Él es nuestro Elohim!, nuestro proveedor.
- A pesar de todas las indicaciones que el Eterno les dio, muchos fueron tercos, y desobedecieron desafiando las órdenes del Eterno y salieron el séptimo día a recoger alimentos, pero no les cayo nada. Igual nos pasa hoy en día, decimos obedecer al Eterno, decimos cumplir con sus mandamientos, pero muchas veces en el día de reposo, lo aprovechamos para hacer cosas que por estar trabajando no podemos hacer.
- Que el Eterno nos ayude a
verdaderamente obedecerle,
ya que es para nuestro propio
beneficio