UN AMOR A TODO DAR
- Breve resumen parashá: Cap. 18: Hashem envía tres malajim (ángeles) a Abraham en forma de hombres. Abraham, mostrando hospitalidad, les ofrece comida y bebida. Los malajim anuncian que Sara, la esposa de Abraham, tendrá un hijo. Cap. 19: Dos malajim llegan a Sedom (Sodoma), donde son recibidos por Lot. Los habitantes de Sodoma intentan abusar de ellos, pero Lot los protege. Los malajim advierten a Lot sobre la inminente destrucción de la ciudad y le ordenan huir. Cap. 20: Abraham se muda a Gerar y presenta a Sara como su hermana. El rey Abimelec toma a Sara, pero Hashem le advierte que devuelva a Sara a Abraham. Cap. 21: Sara da a luz a Isaac. Abraham circuncida a Itzjak a los ocho días. Cap. 22: La prueba de Abraham (Akeda) Hashem le pide a Abraham que ofrezca a Isaac como sacrificio en el Monte Moriah. Abraham obedece, pero en el último momento, un ángel detiene su mano. Abraham ofrece un carnero en lugar de Isaac.
- La aparición de los malajim: Hashem se le apareció a Abraham por los Cedros de Mamre mientras él se sentaba a la entrada de la tienda en el calor del día. El alzó sus ojos y miró, y allí delante de él había tres hombres. Al verlos, él corrió desde la puerta de la tienda para recibirlos, se postró en la tierra, y dijo: Mi Adón, si he encontrado favor a tu vista, por favor no dejes a tu siervo. Por favor déjame mandar a traer un poco de agua, y deja que ellos les laven los pies entonces refrésquense debajo del árbol, y yo traeré pan y ustedes comerán. Después de esto ustedes seguirán su jornada, a causa de lo cual se han vuelto a su siervo. Muy bien, ellos respondieron, haz lo que has dicho. Abraham se apresuró a ir dentro de la tienda a Sara, y dijo: Deprisa, tres medidas de la mejor harina, Amásala y haz panes. Abraham corrió hacia la manada y cogió un becerro bueno y tierno, y se lo dio al sirviente, quien se apresuró a prepararlo. La expresión “y apareció” referida, el Eterno hace alusión a que Él, en el “uso” de Su soberanía, decide enviar a Abraham tres mensajeros en Su Nombre, para tres propósitos diferentes. Abraham Avinu fue en extremo reverente y preparó con mucho esmero lo que ellos habían de comer. He aquí un excelente ejemplo de la importancia de la genuina hospitalidad. Los sabios de Israel enseñan que este evento ocurrió justamente el tercer día después de la circuncisión de Abraham, día en el cual el dolor causado por el proceso de recuperación es más fuerte, lo que hace más digna de elogio su actitud, pues era tan hospitalario que prefirió atender a sus tres visitantes antes que tener quizá, al menos en ese instante, un momento de intimidad con El Eterno. Y ello causó que Hashem le recompensara con tan honorables huéspedes, pues era algo que él anhelaba de manera incesante, según lo que también enseñan los sabios.
- ¿Dónde está Sara tu mujer?: Ellos le dijeron: ¿Dónde está Sarah tu esposa? Él dijo: Allí, en la tienda. Él dijo: Yo de cierto regresaré a ti alrededor de este tiempo el año que viene, y Sara tu esposa tendrá un hijo. Sara le oyó desde la entrada a la tienda, detrás de él. Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; Sara le había pasado la edad de concebir. Y Sara se río dentro de sí misma. Hashem recuerda su promesa a Sara y le da, junto con Abraham, un hijo, que es llamado Itzjak (se reía). Itzjak es circuncidado a los ocho días; Abraham tiene 100 años y Sara 90 en el momento del nacimiento.
- Abraham intercede por Sedom y Amora: Hashem dijo: El grito de clamor contra Sedom (Sodoma) y Amora (Gomorra) es tan grande y el pecado de ellos tan serio que Yo descenderé ahora y veré si sus obras merecen el clamor que ha llegado hasta mí; si no, Yo lo sabré. Los malajim se volvieron de allí y fueron hacia Sedom, pero Abraham permaneció parado delante de Hashem. Abraham se acercó, y dijo: ¿Destruirás tú a los justos con los perversos? ¿Y serán los justos como los perversos? Quizás haya cincuenta justos en la ciudad; ¿en verdad barrerás la ciudad, y no la perdonarás por amor a los cincuenta justos que están allí? Lejos esté de ti hacer tal cosa matar a los justos junto con los perversos, así los justos y los perversos son tratados por igual. Lejos esté de ti ¿No debe el juez de toda la tierra hacer lo que es justo? Hashem dijo: Si Yo encuentro en Sedom cincuenta que son justos, entonces perdonaré a todo el lugar por amor a ellos. ¿Qué si hay cinco menos que cincuenta justos? ¿Qué si cuarenta son encontrados allí? ¿Qué si treinta son encontrados allí? ¿Qué si veinte son encontrados allí? Él dijo: Por amor a los veinte no la destruiré. Él dijo: ¿Habrá algo contra mí, Hashem si hablo sólo una vez más? ¿Qué si diez son encontrados allí? Él dijo: Por amor a los diez no la destruiré. Hashem siguió por su camino después de acabar de hablar con Abraham, y Abraham regresó a su lugar.
- Destrucción de Sedom y Amora: Los dos malajim vinieron a Sedom esa tarde, cuando Lot estaba sentado a la puerta de Sedom. Lot los vio, se levantó para saludarlos y se postró en tierra. Él dijo: Miren ahora, mis señores, por favor vengan a la casa de su siervo. Pasen la noche, lávense los pies, se levantan temprano, y sigan por su camino. No, ellos respondieron, nos quedaremos en la plaza. Pero él seguía presionándolos; así que fueron a casa con él; y él les hizo una comida, horneando matzah para su cena, la cual ellos comieron. Los malajim dijeron a Lot: ¿Tienes aquí alguno más aparte de ti? Cualquiera que tengas en la ciudad yerno, tus hijos, tus hijas, sácalos de este lugar; porque vamos a destruirlo. Hashem se ha percatado del clamor contra ellos, y Hashem nos ha enviado a destruirlo. Lot salió y habló con sus yernos, quienes se habían casado con sus hijas, y dijo: Levántense y salgan de este lugar, porque Hashem va a destruir la ciudad. Pero sus yernos no lo tomaron seriamente. Cuando se hizo de mañana, los malajim le dijeron a Lot que se apurara. Levántate, ellos dijeron, y toma a tu mujer y a tus dos hijas las que están aquí; de otra forma serás destruido con las iniquidades de la ciudad.
- Lot y sus hijas: Por temor Lot sale de la pequeña ciudad y se muda a una cueva en la montaña junto con sus dos hijas. Allí la mayor toma la iniciativa de emborrachar a su padre para poder tener un hijo con él. La menor sigue su consejo y ejemplo y así las dos quedan embarazadas por su padre sin que él se dé cuenta de ello. La mayor llama a su hijo Moav y la menor le llama a su hijo Ben-amí. Estos dos hijos se convierten en dos pueblos, el pueblo moabita y el pueblo amonita.
- Abraham y Avimelej: Abraham viajó de allí hacia el Neguev y vivió entre Kadesh y Shur. Mientras vivía como extranjero en Gerar, y Abraham decía de Sara su esposa: Ella es mi hermana, por temor a decir: Ella es mi esposa, no fuera que los hombres de la ciudad lo mataran a causa de ella, así que Avimelej rey de Gerar mandó y tomó a Sara. Pero Elohim vino a Avimelej en un sueño una noche, y le dijo: Estás a punto de morir a causa de la mujer que has tomado, puesto que ella es la esposa de alguien. Ahora bien, Avimelej no se había llegado a ella; así que él dijo: Señor, ¿matarás a una nación recta y sin conocimiento? ¿No fue él mismo que me dijo: Ella es mi hermana? Y aun ella misma dijo: El es mi hermano. En hacer esto, mi corazón ha sido puro y mis manos inocentes. Elohim le dijo en un sueño: Sí, Yo sé que haciendo esto tu corazón ha sido puro; y Yo también te he detenido de pecar contra mí. Por esto no te dejé tocarla. Por lo tanto, devuelve la esposa del hombre a él ahora. Él es un profeta, y él orará por ti para que vivas. Pero si no la devuelves, sabes que de cierto morirás tú y todos los que pertenecen a ti.
- Reflexión: La bondad y la hospitalidad que practicaba Abraham en Hebrón estaba en total contraste con la maldad y la inhospitalidad de las ciudades cercanas de Sodoma y Gomorra y sus vecinos. La justicia y la misericordia de Hashem a pesar de nuestros errores. Aprendamos de la fe y la obediencia de nuestro patriarca Abraham, obedeciendo a Hashem. y finalmente, valoremos la importancia de nuestra familia.
HAFTARÁ
La haftará nos habla de tres situaciones: 1) La viuda del profeta (4:1-7) 2) El nacimiento del hijo de la sunamita (4:8-17) 3) La resurrección del hijo de la sunamita (4:18-37)
Estudiemos la situación de la Shunamita estéril: Cierto día, Elishá pasó hacia Shunem, donde había una gran mujer que le insistió para que comiese pan. En consecuencia, siempre que pasaba por allí se desviaba para comer pan. Entonces ella le dijo a su esposo: Mira, percibo que éste que viene regularmente a lo de nosotros es un hombre santo de Elohim. Por favor, construyamos una pequeña habitación con paredes y pongamos allí una cama para él, una mesa, una silla y una luminaria, y siempre que venga a nosotros se hospedará allí. Un día en que llegó allí, se retiró a la habitación y se acostó. Y le dijo a Guejazí, su servidor: Llama a esta mujer Shunamita. Él la llamó y ella se presentó ante él. Entonces Elishá le dijo a Guejazí: Quiero que le digas de mi parte: Mira, tanto te has preocupado por nosotros con todo este esmero; ¿Qué favor te puedo hacer? ¿Es necesario que yo hable por ti al rey o al jefe del Ejército? a lo cual ella respondió: En medio de mi propio pueblo yo habito. Entonces él dijo: ¿Qué favor hay que hacerle? dijo Guejazí: En verdad ella no tiene ningún hijo y su marido ya es mayor. Él le dijo: Llámala. La llamó y ella se detuvo en la puerta. Él le dijo: En esta misma época, el año que viene, estarás abrazando un hijo. Pero ella respondió: No, señor mío, hombre de Elohim, no engañes a tu servidora. La mujer concibió y dio a luz un hijo para la época que Elisha le había anunciado. Vemos una vez más, la misericordia y la compasión de Hashem; confiar a pesar de las dificultades en Hashem con fe y confianza; la recompensa a la hospitalidad desinteresada.
BRIT HADASHÁ
Ejemplos del juicio divino: Porque si Hashem no perdonó a los malajim que pecaron, sino que fueron arrojados en mazmorras de oscuridad más profundas que el Sheol, para ser reservados para el juicio. Y no perdonó al mundo antiguo, sino que preservó a Nóaj, pregonero de justificación con los otros siete y trajo el Diluvio sobre el mundo de los impíos. Y condenó a las ciudades de Sedom y Amora, reduciéndolas a ceniza y escombros, como una advertencia para aquellos en el futuro que vivieran vidas impías; pero rescató a Lot, un hombre justo que estaba abrumado por el libertinaje anárquico de aquella gente sin principios; porque los actos malvados que este hombre vio y oyó, cuando vivía entre ellos, atormentaban su justo corazón día a día. Así que el Adón sabe rescatar a los Kadoshim de las pruebas y reservar a los malvados hasta el Día del Juicio, mientras continúa castigándolos, especialmente los que siguen a su vieja naturaleza en la lujuria de la podredumbre y desprecian la autoridad. Estos presuntuosos y obstinados falsos maestros no temen, insultando seres malajim. Pedro utiliza ejemplos de la Torá (Nóaj, Lot, Sedom y Amora) para demostrar el juicio divino contra la maldad.