UNA ROCA QUE DA AGUA
- El agua de la purificación: Hashem dijo a Moshé y a Aharon: Esta es la regulación de la Torá que Hashem ha ordenado. Diles a los hijos de Israel que te traigan una novilla bermeja sin falta ni defecto y que nunca se le haya puesto yugo. La darás a Eleazar el kohen; ellos la llevarán fuera del campamento, a un lugar limpio y la sacrificarán delante de él. Eleazar el kohen tomará algo de su sangre con su dedo y salpicará esta sangre hacia el frente del Tabernáculo del Testimonio siete veces. La novilla será quemada hasta que se vuelva cenizas ante sus ojos, su cuero, carne, sangre y estiércol serán quemados hasta que se vuelvan cenizas. El kohen tomará madera de cedro, hisopo e hilo escarlata y los tirará sobre la novilla mientras se quema. Entonces lavará sus ropas y a sí mismo en agua, después de lo cual él puede volver a entrar al campamento; pero el kohen permanecerá inmundo hasta el anochecer.
- La nueva Generación: Los hijos de Israel, la congregación completa, entraron en el Desierto Tzin en el primer mes, y ellos se quedaron en Kadesh.
- Fallecimiento de Miryam–Escasez de agua: Allí Miryam murió, y allí fue sepultada. Porque la congregación no tenía agua, ellos se reunieron contra Moshé y Aharon. El pueblo riñó con Moshé, y dijeron: Nosotros deseamos haber muerto cuando nuestros hermanos murieron delante de Hashem. ¿Por qué trajiste a la congregación de Hashem a este desierto? ¿Para morir allí, nosotros y nuestros animales de cría? ¿Por qué nos hiciste salir de Mitzrayim? ¿Para traernos a este terrible lugar sin zera, higos, vides, granadas o aun hasta agua para beber? Moshé y Aharon se fueron de la asamblea, fueron al Tabernáculo del Testimonio y cayeron de bruces; y la Gloria de Hashem apareció a ellos.
- El pueblo presionaba a Moshé para que les sacara agua de cualquier roca: Hashem dijo a Moshé: Toma el cetro, reúne a la congregación, tú y Aharon tu hermano, y delante de sus ojos, dile a la roca que produzca su agua. Tú les traerás agua de la roca y así facilitarás que la congregación y sus animales de cría puedan beber. Moshé tomó el cetro de la presencia de Hashem, como Él le había ordenado. Pero después que Moshé y Aharon habían reunido a la congregación delante de la roca, él les dijo a ellos: Escuchen aquí, ustedes rebeldes ¿Se supone que les traigamos agua de esta roca? Entonces Moshé levantó su mano y golpeó la roca con el cetro dos veces. El agua fluyó en abundancia, y la congregación y los animales de cría bebieron.
- Edom niega el paso a Israel: Moshé envió mensajeros desde Kadesh al rey de Edom: Esto es lo que tu hermano Israel dice: tú sabes de todas las aflicciones por las cuales hemos pasado, que nuestros padres descendieron a Mitzrayim, vivimos en Mitzrayim por mucho tiempo, y los Mitzrayimim nos trataron y a nuestros padres muy mal. Pero cuando clamamos a Hashem, Él nos oyó, envió un Malaj y nos sacó de Mitzrayim. Ahora aquí estamos en Kadesh, una ciudad al borde de tu territorio. Por favor déjanos pasar por tu tierra. No pasaremos por tus campos o viñas, y no beberemos agua alguna de los pozos, iremos por la carretera de los reyes, no nos volveremos a un lado ni a la derecha ni a la izquierda hasta que hayamos salido de tu territorio. Pero Edom respondió: Ustedes no pasarán por mi tierra; si lo hacen, yo saldré contra ustedes con la espada. Los hijos de Israel respondieron: nos mantendremos en la carretera; si bebemos el agua, nosotros o nuestros animales de cría, pagaremos por ella. Sólo déjanos pasar a pie, no es nada. Pero él dijo: No pasarán por ella; y Edom salió contra ellos con mucha gente y mucha fuerza. Así que Edom rehusó permitir a Israel paso por su territorio, entonces Israel se volvió.
- Destrucción de Arad: Entonces el rey de Arad, un Kenaani que vivía en el Neguev, oyó que Israel se estaba acercando por el camino de Atarim, (camino de los espías) así que él atacó a Israel y tomó a algunos de ellos cautivos. Israel hizo un voto a Hashem: Si Tú me entregas este pueblo a mí, yo destruiré sus ciudades completamente. Hashem escuchó a lo que Israel dijo y entregó a los Kenaanim, así que los destruyeron completamente a ellos y a sus ciudades y llamaron el lugar Hormah.
- La serpiente de bronce: Entonces ellos viajaron del Monte Hor en la carretera hacia el Mar de Suf para poder rodear la tierra de Edom; pero el alma del pueblo estaba muy desanimada a causa del desvío. El pueblo habló contra Elohim y contra Moshé: ¿Por qué nos sacaste de Mitzrayim? ¿Para morir en el desierto? No hay verdadera comida, no hay agua, y estamos hartos de esta cosa miserable que estamos comiendo. Como respuesta, Hashem envió serpientes venenosas entre el pueblo; ellas mordieron a la gente, y muchos de los hijos de Israel murieron. El pueblo vino a Moshé, y dijeron: Nosotros pecamos por haber hablado contra Hashem y contra ti. Ora a YAHWEH para que nos quite estas serpientes.» Moshé oró por el pueblo, y Hashem respondió a Moshé: Haz una serpiente feroz y ponla sobre un poste, cuando cualquiera que haya sido mordido la vea, vivirá. Moshé hizo una serpiente de bronce y la puso en el poste; si una serpiente había mordido a alguien, entonces, cuando miraba hacia la serpiente de bronce, permanecía vivo.
- El viaje a Moav: Los hijos de Israel siguieron de viaje y acamparon en Ovot. De Ovot ellos viajaron y acamparon en Iyei-Haavarim, en el desierto al frente de Moav en el este. De allí ellos viajaron y acamparon en el Vadi Zered. Del desierto ellos fueron a Mattanah, de Mattanah a Najaliel, de Najaliel a Bamot, y de Bamot al valle por los llanos de Moav al comienzo de la cordillera de Pisgah, donde mira a Yeshimon (el desierto).
- Batallas contra Sijon (Sehón) y Og: Israel envió mensajeros a Sijon, rey de los Emori, con este mensaje: Déjanos pasar por tu tierra. No nos volveremos a un lado a campos y viñas, y nosotros no beberemos ninguna agua de tus pozos. Iremos por la Carretera del Rey hasta que hayamos salido de tu territorio. Pero Sijon no permitió a Israel pasar por su territorio. Por el contrario, Sijon reunió a toda su gente y fue al desierto para pelear con Israel. Al llegar a Yajatz, él peleó con Israel. Israel lo derrotó con fuerza de armas y tomó control de su tierra desde el Arnon hasta el Río Yabok, pero sólo hasta el pueblo de Amón, porque el territorio del pueblo de Amón estaba bien defendido. Israel tomó todas estas ciudades. Israel habitó todas las ciudades de los Emori, en Heshbon y todos sus pueblos que lo rodeaban.
HAFTARÁ
Yftaj (Jefté), de Guilad (región centro norte de Israel, al este del Jordán): Ahora Yiftaj, un soldado valiente de Gilead, era el hijo de una prostituta. Su padre, Gilead, tenía otros hijos de su esposa; y cuando los hijos de su esposa crecieron, ellos echaron a Yiftaj, y le dijeron: Tú no heredarás de nuestro padre, porque eres el hijo de otra mujer. Entonces Yiftaj huyó de sus hermanos y vivió en el territorio de Tov, donde enlistó una ganga de la chusma para que fueran a asaltar con él. Después de un tiempo el pueblo de Amón hizo la guerra contra Israel. Cuando el ejército de Amón atacó a Israel, los jefes de Gilead fueron a buscar a Yiftaj del territorio de Tov, y le dijeron: Ven y sé nuestro jefe, para que podamos pelear contra el ejército de Amón. Yiftaj respondió a los jefes de Gilead: ¿No me odiaron ustedes tanto que me forzaron a salir de la casa de mi padre? ¿Por qué me vienen a ver ahora que están en problemas? Los jefes de Gilead respondieron: Aquí está porqué hemos regresado a ti ahora: si tú nos diriges en la guerra con el pueblo de Amón, tú serás cabeza sobre todos los que viven en Gilead. Yiftaj les respondió: Si ustedes me traen de regreso a casa para pelear contra el ejército de Amón, y Hashem los derrota por mí, yo seré la cabeza de ustedes. Los jefes de Gilead dijeron a Yiftaj: Hashem es testigo de que nosotros prometemos hacer lo que has dicho. Entonces Yiftaj fue con los jefes de Gilead y el pueblo lo hizo cabeza y jefe sobre ellos. Yiftaj repitió todas estas condiciones en Mitzpah en la presencia de Hashem.
Shoftim [Jueces] 11:1-33
BRIT HADASHÁ
Yeshua habla con una mujer junto a un pozo: Yeshua se fue de Yahudáh (Judea) y fue en dirección a Galil (Galilea). Esto significaba que tenía que pasar a través de Shomron (Samaria). Llegó a un pueblo en Shomron llamado Shijem, cerca del campo que Ya'akov había dado a su hijo Yosef. El pozo de Ya'akov estaba allí; entonces Yeshua, agotado de su viaje, se sentó junto al pozo; era como el mediodía. Una mujer de Shomron vino a sacar un poco de agua; y Yeshua le dijo: Dame un poco de agua. Sus talmidim habían ido al pueblo a comprar comida. La mujer de Shomron le dijo: ¿Cómo es que Tú, un judío, me pides agua a mí, una mujer de Shomron?" Porque los judíos no se asocian con la gente de Shomron. Yeshua le respondió: Si conocieras el don de Hashem, esto es, quién es el que te está diciendo, dame un poco de agua, entonces, le hubieras pedido; y Él te hubiera dado agua viva. Ella le dijo: Adón, Tú no tienes un cubo, y el pozo es muy hondo; así que, ¿de dónde sacas esta agua viva'? ¿Acaso eres Tú mayor que nuestro padre Ya'akov? Él nos dio este pozo y bebió de él, así como sus hijos y su ganado. Yeshua respondió: Todos los que beben de esta agua tendrán sed de nuevo; pero el que beba del agua que Yo le doy de beber, nunca estará sediento otra vez. Por el contrario, el agua que Yo le doy se convertirá en una fuente de agua dentro de él, agua que brota saltando para vida eterna. Adón, dame de esta agua, la mujer le dijo, para que no tenga sed, ni tenga que seguir viniendo a sacar agua.
Juan 4:3-30
Esta interacción profunda entre Yeshua y una mujer marginada de la sociedad samariana ofrece valiosas lecciones sobre fe, amor, redención y la naturaleza del verdadero culto. Yeshua rompe las barreras sociales, religiosas y de género para interactuar con la mujer samaritana, demostrando amor y compasión por los marginados. La identidad de Yeshua como Mesías se revela gradualmente a la mujer, preparándola para compartir la noticia con su comunidad. La porción de la Brit Hadasha nos invita a reflexionar sobre la naturaleza del amor, la fe, la redención y la verdadera adoración. Este pasaje nos desafía a superar las barreras que nos dividen, abrazar la fe con un corazón sincero y compartir el mensaje de salvación con los demás.