ESPIONAJE FALLIDO
- Los Meraglim (espías) exploran la Tierra Prometida: Hashem dijo a Moshé: Envía de parte tuya hombres a reconocer la tierra de Kenaan, la cual Yo estoy dando a los hijos de Israel. De cada tribu ancestral manda a alguien que sea príncipe en su tribu. Moshé los despachó desde el Desierto de Paran como Hashem había ordenado; todos ellos eran jefes entre los hijos de Israel. Ellos eran tzadikím (justos) en el momento de su designación. Aquí están sus nombres: de la tribu de Reuven, Shamua el hijo de Zakur; Hasta la tribu de Gad, Geuel el hijo de Maji. Estos son los nombres de los hombres que Moshé mandó a reconocer La Tierra. Moshé dio a Hoshea el hijo de Nun el nombre de Yahoshúa. La Torá enumera los nombres de todos los espías.Los doce espías fueron enviados el 29 de Siván de 2.449.
- Informe negativo de los meraglim (espías): Cuarenta días después, ellos regresaron de reconocer La Tierra y fueron a Moshé, a Aharon y a la congregación completa de los hijos de Israel en Kadesh en el Desierto de Paran, donde trajeron de vuelta palabra a ellos y a la congregación completa y les mostraron el fruto de La Tierra. Lo que ellos le dijeron fue esto: Nosotros entramos en La Tierra donde nos enviaste, y ciertamente fluye con leche y miel, aquí está el fruto. Sin embargo, el pueblo que vive en La Tierra es feroz, y las ciudades son fortificadas y muy grandes. Además, vimos a los Anakim allí. Amalek habita en el área del Neguev; los Hitti, los Yevusi y los Emori viven en las montañas; y los Kenaani viven junto al mar y en la ribera de Yarden.
- Kalev los anima a tomar posesión inmediata: Kalev escuchó a la gente alrededor de Moshé, y dijo: Debemos subir inmediatamente y tomar posesión de ella; no hay duda de que podemos conquistarla. Pero los hombres que habían ido con él dijeron: Nosotros no podemos atacar esos pueblos, porque son más fuertes que nosotros y ellos difundieron un reporte negativo acerca de La Tierra que ellos habían reconocido para los hijos de Israel por decir: La tierra que pasamos por ella para espiarla es una tierra que devora sus habitantes, toda la gente que vimos son gigantes. Vimos los gigantes (nefilim), los hijos de Anak, que eran de los gigantes; para nosotros, por comparación, lucíamos como langostas, y lucíamos así para ellos también.
- Ante el informe negativo de los meraglim (espías), el pueblo cae en estado de desesperación por sentirse impotente de conquistar la Tierra Prometida: A esto los hijos de Israel gritaron en desaliento y lloraron toda la noche. Además, los hijos de Israel comenzaron a murmurar contra Moshé y Aharon; toda la congregación les dijo: Nosotros deseamos haber muerto en la tierra de Mitzrayim. O que hubiéramos muerto aquí en el desierto. ¿Por qué Hashem nos está llevando a esta tierra donde vamos a morir por la espada? Nuestras esposas y nuestros pequeños serán llevados como botín ¿No sería mejor para nosotros regresar a Mitzrayim? Y ellos se dijeron uno al otro: Vamos a nombrar un jefe que nos devuelva a Mitzrayim. El Midrash dice que, esa es la razón del mal informe. Se sentían en una zona de confort. En el momento que ellos tomarán la tierra, todo eso se les terminaría, ahora tendrían que trabajar y esforzarse, cómo se le dijo a Yehoshua (Josué) antes de tomar posesión de la tierra.
- Muerte de los diez meraglim (espías): En cuanto a los hombres que enviara Moshé a explorar la Tierra Prometida, y que al volver incitaron a toda la comunidad contra él dando un informe negativo sobre la Tierra, aquellos hombres que dieron un informe negativo de la Tierra murieron en una plaga ante Hashem. Yahoshúa y Kalev permanecieron con vida entre aquellos hombres que fueron a explorar la Tierra prometida.
- Cuarenta años deambulando por el desierto: Hashem dijo a Moshé y a Aharon: ¿Hasta cuándo soportaré a esta congregación perversa cual sigue murmurando acerca de mí? Yo he oído las quejas de los hijos de Israel, las cuales siguen levantando contra mí. Diles esto: Tan seguro como que Yo vivo, Hashem jura, tan seguro como que ustedes han hablado en mi oído, Yo haré esto a ustedes: sus cadáveres caerán en el desierto. Cada uno de ustedes que fueron incluidos en el censo de más de veinte años, ustedes que han murmurado contra mí, de cierto no entrarán en La Tierra acerca de la cual Yo levanté mi mano para jurar que Yo los haría habitar en ella, excepto por Kalev el hijo de Yefuneh y Yahoshúa el hijo de Nun. Pero sus pequeños que ustedes dijeron que serían llevados como botín, a ellos Yo los entraré. Ellos conocerán La Tierra que ustedes rechazaron. Pero ustedes, sus cadáveres caerán en el desierto; y sus hijos errarán en el desierto por cuarenta años cargando las consecuencias de su prostitución hasta que el desierto se coma sus cadáveres.
- Ofrendas suplementales: Hashem dijo a Moshé: Dile a los hijos de Israel: Cuando ustedes hayan entrado a La Tierra donde van a habitar, la cual Yo les estoy dando y quieran hacer una ofrenda por fuego a Hashem, una ofrenda quemada o sacrificios para cumplir un voto especial o ser una ofrenda voluntaria, o a sus tiempos designados, para hacer una aroma fragante para Hashem entonces, venga de la manada o del rebaño, la persona que trae la ofrenda presentará a Hashem una ofrenda de grano que consista de dos cuartos de harina fina mezclados con un cuarto de aceite de oliva, y un cuarto de vino para la ofrenda de libación. Esto es lo que prepararán con la ofrenda quemada o por cada oveja sacrificada.
- El recolector que quebranto el Shabat: Mientras los hijos de Israel estaban en el desierto, ellos encontraron un hombre recogiendo leña en Shabat. Aquellos que lo encontraron recogiendo leña lo trajeron a Moshé, Aharon y toda la congregación. Ellos lo mantuvieron en custodia, porque no había sido decidido qué hacer con él. Entonces Hashem dijo a Moshé: Este hombre tiene que ser puesto a muerte; la congregación completa lo apedreará de muerte fuera del campamento. Así que toda la congregación lo trajo fuera del campamento y lo apedrearon hasta que murió, como Hashem había ordenado a Moshé.
- Franjas en los vestidos (Tzitzit): Hashem le dijo a Moshé: Habla a los hijos de Israel, instruyéndolos a hacer, por todas sus generaciones, tzitziyot en las esquinas de sus atuendos, y pongan con los tzitziyot en cada esquina un hilo de azul. Será un tzitzit para que lo miren y así recuerden todos los mitzvot de Hashem y los obedezcan, para que no vayan a donde su propio corazón y ojos los guíen para prostituirse a ustedes mismos; sino los ayudará a recordar y obedecer todos mis mitzvot y a ser Kadoshim para su Elohim. Yo soy Hashem su Elohim, quien los sacó de la tierra de Mitzrayim para ser su Elohim. Yo soy Hashem su Elohim.
HAFTARÁ
Rajav (Rahab) y los espías: Yahoshúa el hijo de Nun secretamente envió dos espías de Sheetim con estas instrucciones: Vayan, inspeccionen La Tierra y a Yerijo. Ellos salieron y llegaron a la casa de una prostituta llamada Rajav, donde pasaron la noche. Le fue dicho al rey de Yerijo: Esta noche algunos hombres de Israel vinieron para reconocer la tierra. El rey de Yerijo envió un mensaje a Rajav: Saca a los hombres que han venido a ti y se están quedando en tu casa, porque han venido a reconocer toda la tierra. Sin embargo, la mujer, después de sacar a los dos hombres y esconderlos, respondió: Sí, los hombres sí vinieron a mí; pero yo no sabía de donde habían venido. Los hombres salieron alrededor de la hora que cierran la puerta, cuando estaba oscuro. Adonde fueron, yo no sé; pero si van tras ellos deprisa, los alcanzarán. De hecho, ella los había llevado hasta la azotea y los había escondido debajo de unos fajos de lino que ella había puesto allí.
Yehoshua [Josué] 2:1-24
BRIT HADASHÁ
Advertencia en cuanto a la incredulidad: Por lo cual, como dice el Ruaj HaKodesh: Si oyen hoy la voz de Hashem, no endurezcan sus corazones, como hicieron en las Aguas Amargas en aquel día en el desierto, cuando pusieron a Hashem a prueba. Sí, sus padres me pusieron a prueba; Ellos me retaron, a pesar de que vieron mis obras por cuarenta años. Por lo cual, estuve enojado con esa generación; Yo dije: sus corazones siempre se están extraviando, no han entendido cómo Yo hago las cosas; En mi ira juré que no entrarían en mi reposo. Escuchen hermanos, que no haya en ninguno de ustedes un corazón maligno, falto de confianza, que los lleve a apostatar del Elohim viviente. Más bien, exhórtense el uno al otro todos los días mientras este día sea llamado Hoy, para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado.
Hebreos 3:7-19
La principal reflexión que podemos obtener de la parashá es que, al confrontar la situación de los diez espías, Hashem nos está confrontando con nuestro propio corazón. Doce lideres (uno de cada tribu) vieron lo mismo, las mismas tierras, los mismos frutos grandes, los mismos gigantes hijos de Anac, pero con una gran diferencia. Diez espías examinaron a la Tierra de Canaán con ojos materiales en vez de con ojos espirituales, por eso fracasaron. ¿Con que ojos estoy viviendo mi día a día? Tal vez sin darnos cuenta, con nuestro actuar estamos viendo casi siempre lo negativo y no sabemos cuántas oportunidades buenas hemos dejado escapar o cuantas oportunidades hemos perdido para un mejor vivir, un mejor empleo, un buen negocio, etc. La respuesta la podremos contestar nosotros mismos, ¿por qué dudamos tanto? Muchas veces vemos solo lo negativo, nos hace falta ese espíritu de Kalev (el hijo de Yefuneh) y Yahoshúa (el hijo de Nun), quienes demostraron una fe inquebrantable. Ellos no miraron los gigantes, confiaron en las promesas que el Eterno les dio al salir de Egipto (Éxodo 6:7-8), recordemos que los propósitos de Hashem siempre se cumplen, queramos o no. Él no es hombre, para arrepentirse de sus promesas. Hashem siempre cumple sus promesas. Tiene poder para hacerlas y tiene poder para cumplirlas; aunque algunos lo duden, Hashem va delante de nosotros. Hashem nos respalda siempre que nosotros le permitimos. Con la ayuda del Eterno, seamos más seguros, y dobleguemos lo negativo que todavía no nos deja actuar con emuna.