EL COMIENZO DE LA REDENCIÓN
- El camino hacia la Tierra Prometida: Resulta que cuando Paró de Egipto dejó salir al pueblo, Elohim no los llevó por el camino que atraviesa la tierra de los plishtitas (filisteos), si bien era más directo, porque dijo Elohim: No sea que el pueblo se arrepienta al ver la guerra y quiera volver a Egipto. Por eso Elohim hizo que el pueblo hiciese un rodeo por el camino del desierto hacia el Mar Suf (Rojo o Mediterráneo.) Los israelitas salieron armados de la tierra de Egipto. Y Moshé llevó consigo los restos de Iosef (José), que hizo jurar a los israelitas y declaró: En verdad, Elohim los recordará y los sacará de aquí. Y se llevarán mis restos con Uds. los israelitas salieron de Sucot y acamparon en Etam, en el extremo del desierto.
- La columna de nubes y fuego guía al pueblo por el desierto: De día, Hashem los guiaba en el camino desde una columna de nube. Y por la noche, en una columna de fuego para alumbrarles, para que pudiesen avanzar de día y de noche. No se apartaban de adelante del pueblo, ni el pilar de nube durante el día, ni el pilar de fuego durante la noche.
- Paró (faraón) se arrepiente de haberlos dejado salir: Hashem le habló a Moshé, para que transmitiera: Diles a los israelitas que retrocedan y acampen antes de Pi Hajirot (Boca o Valle de la Libertad) entre Migdol y el mar; frente a Baal Tzefón. Acamparán frente a él, junto al mar. Así, Paró pensará que los israelitas están perdidos dentro del país y que el desierto los atrapó. Y Yo haré que Paró se ponga terco y los persiga. Así Me glorificaré a través de la derrota que propinaré a Paró y a todo su ejército. Los egipcios sabrán que Yo soy Hashem. Y así hicieron ellos. Mientras tanto, el faraón de Egipto fue notificado de que el pueblo había escapado. Paró había autorizado que los israelitas fueran tres días al desierto a servir a Hashem y mandó con ellos supervisores para asegurarse de que retornarían. Al cumplirse el plazo sin que retornaran, los supervisores asumieron que los israelitas habían tomado su propio camino, y se lo informaron a Paró. Entonces Paró y sus sirvientes cambiaron de parecer acerca del pueblo y dijeron: ¿Cómo pudimos expulsar a Israel y que deje de trabajar para nosotros? Entonces preparó su carro de combate y persuadió a su pueblo de ir contra los israelitas. En lugar de delegar la tarea en algún subalterno, Paró mismo haciendo gala de toda su motivación preparó su carro de combate. Tomó 600 carros de combate de élite y todo el resto de los carros de Egipto, con oficiales en todos ellos. Entonces Hashem hizo que Paró (faraón de Egipto) se pusiera terco y persiguiera a los israelitas.
- Los israelitas le protestan a Moshé: Los egipcios, con toda la caballería, con los carros de combate de Paró, sus jinetes y todo su ejército, los persiguieron y los alcanzaron cuando estaban acampando junto al mar, cerca de Pi Hajirot, frente a Baal Tzefón. Los israelitas vieron que Paró se estaba aproximando, los egipcios marchaban en busca de ellos. Los israelitas tuvieron mucho miedo y clamaron a Hashem. Y le protestaron a Moshé: ¿Acaso no había sepulturas en Egipto que nos llevaste a morir al desierto? ¿Qué es esto que nos hiciste de sacarnos de Egipto? ¿Acaso no te dijimos en Egipto que nos dejaras tranquilos y nos permitieras trabajar para los egipcios? Habría sido mejor ser esclavos de los egipcios que morir en el desierto.
- Moshé anima al pueblo: Pero Moshé contestó al pueblo: No tengan miedo. Manténganse firmes y verán hoy cómo Hashem los salvará a Uds. Porque los egipcios que Uds. ven hoy, nunca más los volverán a ver. Hashem luchará por Uds. y Uds. quedarán tranquillos.
- ¿Por qué sigues clamando a Mí?: Hashem le preguntó a Moshé: ¿Por qué sigues clamando a Mí? Diles a los israelitas que sigan la marcha. Moshé estaba en medio de la plegaria. Entonces Hashem le dijo que no era momento de orar pues un peligro en ciernes acechaba a Israel y Hashem ya había escuchado la plegaria de los israelitas.
- Los israelitas cruzan el Mar Rojo: Y tú le dijo Hashem a Moshé levanta tu bastón y extiende tu brazo sobre el mar y pártelo en dos, para que los israelitas lo crucen en seco. En cuanto a Mí, haré que los egipcios se pongan tercos para que los persigan. Entonces Me glorificaré a través de la derrota de Paró y de todo su ejército, de sus carros y de su caballería. Cuando Me glorifique a través de Paró, de sus carros y de su caballería, todo Egipto reconocerá que Yo soy Hashem. El mar se parte para que Israel lo atraviese en seco.
- El ángel de Elohim y la columna de nube: El ángel de Elohim, que iba al frente del campamento de Israel, se apartó de allí y fue tras ellos. Se ubicó detrás para cubrir la retaguardia de los israelitas. Y también la columna de nube se apartó de adelante de ellos y se ubicó detrás, de modo que se posicionó entre el ejército de los egipcios y el campamento de Israel. Era una nube oscura para los egipcios, pero la columna de fuego alumbraba de noche a los israelitas. Por eso, toda esa noche los egipcios no pudieron acercarse a los israelitas. No pudieron acercarse porque no veían nada, ya que la columna de fuego iluminaba sólo a los israelitas.
- Las aguas se dividen: Moshé extendió su mano sobre el mar y Hashem hizo soplar el fuerte viento, el viento del Este, durante toda aquella noche, transformando el mar en tierra seca. Y las aguas se partieron. Los israelitas cruzaron por el mar, en seco. El agua estaba a los costados, en estado sólido como sendos muros, a derecha y a izquierda.
- Los egipcios los persiguieron: Toda la caballería de Paró, con los carros de combate y los jinetes se arrojaron al mar tras ellos. Pero resulta que a la madrugada, Hashem desde el pilar de fuego y de nube miró hacia el ejército de los egipcios y confundió al campamento egipcio. Además, Hashem les quitó las ruedas de sus carros, de modo que apenas podían avanzar. Entonces los egipcios gritaron: Huyamos de los israelitas, pues Hashem lucha a favor de ellos contra Egipto.
- Los egipcios tratan de huir: Hashem le dijo a Moshé: Extiende tu mano sobre el mar para que las aguas caigan sobre los egipcios, sobre sus carros y sobre su caballería. Moshé extendió su mano sobre el mar, y hacia la mañana el mar retornó a su estado natural de fuerza, mientras los egipcios huían hacia él. Hashem hundió a los egipcios en medio del mar. Al retornar las aguas a su cauce normal cubrieron los carros, la caballería y todo el ejército de Paró que los perseguía en el mar. No quedó siquiera uno de ellos. En cambio, los israelitas cruzaron el mar en seco. El agua era para ellos como una muralla a su derecha y a su izquierda.
- Los israelitas vieron el gran poder de Hashem: Así, aquel día Hashem salvó a Israel de mano de los egipcios. Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar. Israel vio el gran poder que Hashem desplegó contra los egipcios. El pueblo temió a Hashem y creyeron en Hashem y en Su servidor Moshé.
- Moshé y los hijos de Israel entonan una canción de alabanza y agradecimiento a Hashem: Entonces al ver el milagro divino, Moshé, junto a los israelitas, entonó este cántico a Hashem, que declara: Cantaré a Hashem porque es sumamente exaltado, y al caballo con su jinete egipcio arrojó al mar. La fuerza y la retribución de Elohim fue salvación para mí. Él es mi Elohim y lo glorificaré, Elohim de mi padre y lo enalteceré. Hashem es el Amo de la guerra; Hashem es Su nombre. Precipitó al mar a los carros de Paró y a su ejército. Y a sus más escogidos militares los hundió en el mar Suf (Rojo). Las profundas aguas los cubrieron; se hundieron en las profundidades como una roca. Tu mano derecha, oh Hashem, es majestuosa en poder, para salvar a Israel. Tu mano derecha, oh Hashem, destruyó al enemigo. En tu gran magnificencia derribas a Tus adversarios, les despachas tu ira y los consumes como paja. Al soplido de Tus Narices las aguas se apilaron, las corrientes de agua. Declaró el enemigo: Los perseguiré y los alcanzaré y repartiré sus despojos. Mi alma quedará satisfecha con ellos. Sacaré la espada y mi mano los debilitará. Tú soplaste con Tu viento y entonces el mar los cubrió y se hundieron como plomo en las tempestuosas aguas. Quién es como Tú entre los poderosos, oh Hashem. Quién es como Tú, poderoso en santidad, demasiado exaltado para alabar, Hacedor de milagros. Extendiste Tu mano derecha, los tragó la tierra. Guiaste en Tu bondad al pueblo que redimiste, y con Tu poder lo guiaste a Tu santa Casa. Escucharon otros pueblos y se aterraron. El horror se apoderó de los habitantes de los filisteos.
- Hashem endulza milagrosamente las amargas aguas de Mará: En el desierto, la gente sufre sed y hambre y repetidamente se quejan ante Moshé y Aarón. Hashem endulza milagrosamente las amargas aguas de Mará, y luego hace que Moshé extraiga agua de una roca a través de golpearla con su bastón. Moshé trasladó a los israelitas del mar Suf (Rojo), salieron al desierto de Shur (Sinaí) y caminaron tres días en el desierto sin hallar agua. Llegaron a Mará, pero no pudieron beber agua de Mará porque era amarga. Y por eso le pusieron el nombre de Mará (que justamente significa “amarga”). Entonces el pueblo se quejó contra Moshé, diciendo: ¿Qué vamos a tomar? Y Moshé se dirigió con desesperación a Hashem. Entonces Hashem le mostró un árbol. Moshé echó el árbol al agua y milagrosamente el agua se hizo potable.
- Hashem establece decretos y ordenanzas: Allí Hashem estableció para Israel decretos y ordenanzas, y allí los puso a prueba. Si escuchases con atención la voz de Hashem, tu Elohim, si hicieses aquello que le parece bien a Él, si prestases atención a Sus preceptos y obedecieses todos Sus decretos, entonces no les enviaré a Uds. ninguna de las plagas de las que envié sobre los egipcios. Porque Yo soy Hashem, tu Sanador. Después arribaron a Elim, donde había doce fuentes de agua y setenta palmeras, y acamparon allí, junto al agua.
- Hashem les invia maná: Entonces Hashem le dijo a Moshé: Haré que llueva sobre Uds. pan del cielo. El pueblo saldrá diariamente y juntará lo necesario para ese día. Quiero ponerlo a prueba a ver si se conducen de acuerdo a mi ley o no. Pero el día sexto, lo que recolecten para llevarse será el doble de lo que juntan cada día. Moshé y Aharón dijeron a los israelitas: Al anochecer sabrán que fue Hashem quien los sacó de Egipto, y por la mañana observarán la gloria de Hashem que Él presta atención a sus reclamos contra Hashem, ¿Pues quiénes somos nosotros para que Uds. se quejen contra nosotros? Asimismo dijo Moshé: Cuando al anochecer Hashem les dé a Uds. carne para comer y pan para saciarse por la mañana, es porque Hashem presta atención a sus reclamos. ¿Pues qué somos nosotros? sus quejas no son contra nosotros, sino contra Hashem.
- Doble porción de maná en honor al Shabat: Y al sexto día (el viernes) juntaron doble cantidad de maná, dos ómer (porciones) para cada persona. Entonces los jefes de la comunidad fueron a contárselo a Moshé. Pero él les respondió: Eso es lo que dijo Hashem: mañana es día de descanso, Shabat sagrado, día dedicado a Hashem: horneen lo que tengan que hornear y cocinen lo que tengan que cocinar, y el sobrante apártenlo para Uds. para mañana. Y en efecto, ellos lo guardaron para el día siguiente, tal como se los ordenara Moshé, y no se apestó ni se infestó. Entonces Moshé les advirtió: Cómanlo hoy porque hoy es Shabat dedicado a Hashem. Hoy no podrán encontrarlo en el campo. Seis días lo juntarán, pero en el séptimo día, que es Shabat, no lo hallarán. Resulta que en el día séptimo (el sábado) salieron algunos del pueblo para recogerlo, y lógicamente no lo hallaron. Entonces le dijo Hashem a Moshé: ¿Hasta cuándo seguirán desobedeciendo mis mandamientos y mis leyes? miren, Hashem les dio el Shabat (día de reposo), por eso es que en el sexto día les da doble ración de pan. Que todo hombre permanezca en su lugar, que no salga nadie de su lugar el séptimo día. El pueblo descansó en el séptimo día. Los hijos de Israel son instruidos para recolectar una doble porción de maná el sexto día, porqué éste no descenderá el séptimo día (shabat), el día de descanso decretado por Hashem. Algunos desobedecen y salen a recolectar maná en el séptimo día, pero no encuentran nada. Aarón preserva una pequeña cantidad del maná en un jarrón, como un testimonio para futuras generaciones.
- El Pueblo se queja por la falta de agua: Toda la comunidad de los israelitas salió del desierto de Sin, viajando de acuerdo a las instrucciones de Hashem. Acamparon en Refidim y no había agua para que el pueblo pudiese tomar. Entonces el pueblo discutió con Moshé: Danos agua para tomar. Y Moshé les dijo: ¿Por qué me reclaman a mí?, ¿por qué ponen a prueba a Hashem?. El pueblo tenía sed. El pueblo se quejó contra Moshé, diciéndole: ¿Para qué nos hiciste salir de Egipto, para matarnos de sed a mí, a mis hijos y a mis ganados? Entonces Moshé clamó a Hashem, diciendo: ¿Qué voy a hacer con esta gente? Un poco más y me matan a pedradas. Hashem le respondió a Moshé: Pasa delante del pueblo. Y toma contigo algunos de los ancianos de Israel, y toma en tu mano tu bastón con el que golpeaste al río Nilo, y ve. Golpearás la roca y de ella saldrá agua y el pueblo podrá tomar. Y en efecto, así hizo Moshé a la vista de los ancianos de Israel. Aquel lugar recibió el nombre de Masá y Merivá, debido al reclamo de los israelitas por la falta de agua y por haber provocado a Hashem cuando dijeron: ¿Está Hashem con nosotros o no?
- Guerra contra Amalek (Amalec): En Refidím, el pueblo es atacado por los Amalekím, Moshé, Aarón y Hur suben a la cumbre del collado, y sucedía que cuando Moshé alzaba sus manos, Israel prevalecía y cuando las bajaba prevalecía el ejercito Amalekíta, cuando Moshé se cansaba de tener sus manos arriba Aarón y Hur sostenían sus manos ayudando a Moshé, el ejercito amalekita es derrotado por las plegarias de Moshé y un ejército reunido por Yehoshua (Josué).
HAFTARÁ
El cántico de Débora y Barak: Ese día Débora y Barak hijo de Avinóam, entonaron este cántico: Cuando el enemigo abre brechas en Israel se consagran bendigan a Hashem. Escuchen reyes, presten atención príncipes yo cantaré, entonaré alabanzas a Hashem, Elohim de Israel. Hashem, cuando saliste de Seir, cuando avanzaste desde los campos de Edom, tembló la tierra y también el cielo derramó agua y también las nubes derramaron su lluvia. Se derritieron los montes ante Hashem como pasó con el Sinaí ante Hashem, Elohim de Israel. La opresión de Israel: En los tiempos de Shamgar, hijo de Anat, en los tiempos de Iael (Jael), las caravanas abandonaron el camino principal e iban por caminos de circunvalación. La gente dejó de habitar las ciudades no amuralladas de Israel. Hasta que surgí yo, Débora, como madre de Israel. Cuando los israelitas se inclinaban por nuevos ídolos, había guerra en las ciudades. Ni escudo ni lanza se veía entonces entre los 40.000 de Israel. Un nuevo amanecer después de la guerra. Mi corazón está con los líderes de Israel, con los que se consagraron a la gente enseñándoles a decir: “bendigan a Hashem”. Uds., los comerciantes que montan en burros blancos; Uds., los que se sientan a juzgar; y Uds., los viajantes de los caminos alaben a Hashem. Antes debían hacer todo en secreto, ocultándose del enemigo. Pero ahora ya pueden moverse con total libertad. En lugar del ruido de las flechas disparadas contra las fuentes de agua, ellos contarán los actos altruistas de Hashem, los actos altruistas hechos a las ciudades no amuralladas en Israel. Ahora, el pueblo de Hashem puede ir tranquilo a las ciudades abiertas. Despierta, despierta Débora, despierta, despierta y entona un cántico. Levántate, Barak; llévate tus prisioneros, hijo de Avinóam. Ahora el sobreviviente domina a los más poderosos. Hashem me dio dominio sobre esos poderosos.
Shoftim [Jueces] 5:1 - 31
. La haftará contiene el “Cántico de Débora”, un poema que celebra la victoria de Israel. El Cántico comienza con una invocación a Hashem, en la que Débora alaba a Hashem por su ayuda a Israel. Débora luego describe la situación en Israel antes de la batalla. Israel estaba en un estado de declive espiritual, y el pueblo había abandonado a Hashem. Como resultado, Israel fue derrotado por los cananeos. también se destaca el papel de Débora como profetisa, una líder fuerte y valiente. (Débora, la profetisa de Israel, profetizó que Barak, el general del ejército israelí, derrotaría a Sisará, el general del ejército cananeo. Barak, sin embargo, se negó a ir a la batalla a menos que Débora lo acompañara. Débora accedió, y los dos lideraron al ejército israelí a la victoria). En esta porción vemos puntos muy significativos: “la Emuna/fe de Débora en Hashem” “la unidad del pueblo” “el papel de las mujeres” Débora es una figura importante en la Torá, y su papel, es un testimonio del papel de las mujeres en la sociedad judía. Conclusión: Hashem protege a Israel, que todos Tus enemigos sean eliminados. Los que Le aman que sean como el sol poderoso cuando brilla en todo su esplendor. Y la tierra estuvo en paz durante 40 años.
BRIT HADASHÁ
Porque no quiero, hermanos, que pierdan el significado de lo que les pasó a nuestros padres. Todos fueron guiados por la columna de nube, y todos atravesaron el mar, y con relación a la nube y al mar, todos se sumergieron en Moshé; y también todos comieron el mismo alimento del Ruaj, y todos bebieron la misma bebida del Ruaj, porque bebieron de la Roca enviada por el Ruaj, la cual los seguía, y esta Roca era el Mashíaj. Con la mayoría de ellos, Hashem no estuvo complacido, por lo cual sus cuerpos quedaron abandonados en el desierto. Mas ahora, estas cosas pasaron como un evento histórico prefigurado, como advertencia que no pusiéramos nuestros corazones en las cosas malvadas que ellos hicieron.
I Corintios 10:1 - 31
Rav Shaul (el apóstol Pablo) escribe a la iglesia de Corinto para advertirles contra el pecado. Shaul usa la historia de los israelitas en el desierto como un ejemplo de lo que puede pasar cuando la gente se aleja de Hashem. Shaul recalca la importancia de no olvidarnos de Hashem, ya que cuando estamos en abundancia, cuando estamos cómodos, cuando tenemos todo lo que queremos, entonces generalmente nos sentimos autosuficientes y podemos alejarnos de Hashem (Deuteronomio 8:10-14). La porción nos recuerda la importancia de ser obedientes y fieles a Hashem; evitar el pecar, ya que el pecar puede llevar a la muerte espiritual. Si pecamos, el paso inmediato es, arrepentirnos y pedir perdón a Hashem. Shaul dice que todos los humanos son tentados, pero que Hashem siempre da una salida para que puedan soportar la tentación. (10: 13 Ninguna tentación se ha apoderado de ustedes por encima de lo que normalmente la gente pueda sufrir. Y Hashem puede ser confiado de no permitir ninguna tentación más allá de lo que puedan soportar. Por el contrario, con la tentación, Él proveerá la vía de escape para que puedan resistir).
COMENTARIOS
REFLEXIÓN DE LA PARASHÁ
- Por el camino de la filistea los israelitas podían llegar a Canaán, caminando normalmente, en once días, pero viendo el Eterno que no estaban preparados para constituir un pueblo bien disciplinado, con sus leyes y estatutos, les guio por un camino opuesto, a fin de entrenarles espiritualmente
antes de ocupar la Tierra Prometida. - El Cántico contiene: (a) Una alabanza general al Eterno Di-s, por ser el Poderoso Salvador, tanto nuestro como de nuestros
antepasados, ante quien nada ni nadie puede resistirse; (b) un repaso de los milagros que acompañaron la partición del mar; (c) el plan que el Faraón tuvo en mente al perseguir a la nación y el rotundo fracaso de sus designios; (d) la reacción de los cananeos y demás naciones ante el milagro y lo que este presagiaba para ellos y,
finalmente, (e) el futuro de Israel como la nación del Eterno Di-s en Éretz Israel. - Mirando la parashá desde la óptica espiritual, el Eterno nos está enseñando, a desarrollar la EMUNA, LA FE.
- En Eterno en el salmo 91 nos da un cuadro de toda su protección para nosotros
- Él es nuestro refugio, nuestra fortaleza, nuestro protector, es fiel no importando nuestra circunstancia, está presente en momentos BUENOS, y en momentos NO TAN BUENOS,
- El Eterno nos esta recordando que él nunca nos a desamparado, que nunca nos ha dejado, ni nunca nos dejara; Nos dice: No te dejo, no te dejara, no te abandonare; Mas bien nosotros somos los que nos salimos de los parámetros del Eterno, cuando desobedecemos sus mandamientos y estatutos.
- Decimos obedecer y guardar, pero algunas veces hacemos caso omiso a cumplir a cabalidad la Torá/La Biblia.
- Él nos protege de día y de noche, como protegió a nuestro pueblo en el desierto; Hashem es el mismo ayer, hoy y por los siglos.
- La provisión del maná era diaria, no semanal ni mensual, porque el Eterno quería enseñarle a su pueblo (y a nosotros hoy) que, más allá del alimento físico, la mayor necesidad que tiene el hombre en esta vida, en medio del desierto, en medio de las dificultades, es una relación íntima que dependa de Él.
- ¡Necesitamos saber que Él es el Señor, y debemos conocer que Él es nuestro Elohim!, nuestro proveedor.
- A pesar de todas las indicaciones que el Eterno les dio, muchos fueron tercos, y desobedecieron desafiando las órdenes del Eterno y salieron el séptimo día a recoger alimentos, pero no les cayo nada. Igual nos pasa hoy en día, decimos obedecer al Eterno, decimos cumplir con sus mandamientos, pero muchas veces en el día de reposo, lo aprovechamos para hacer cosas que por estar trabajando no podemos hacer.
- Que el Eterno nos ayude a
verdaderamente obedecerle,
ya que es para nuestro propio
beneficio