Comunidad Shalom Ubrajot (C.S.U)

PARASHÁT HASHAVUA

Porción Semanal de la Torá

פרשת השבוע

Boletín Informativo

#75

5785 [2024-2025]

Yeshua dijo: "No piensen que he venido para anular la Torá o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir"

Lecturas de la Parashá

Torá: Shemot 18:1 - 20:26
Haftará: Yeshayahu [Isaías] 6:1 - 7:6
Brit Hadashá: Mateo 5:21 - 30

Boletín Informativo

#75

5785 [2024-2025]

PARASHÁT HASHAVUA

Porción Semanal de la Torá

פרשת השבוע

Yeshua dijo: "No piensen que he venido para anular la Torá o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir"

Lecturas de la Parashá

Torá: Shemot 18:1 - 20:26
Haftará: Yeshayahu [Isaías] 6:1 - 7:6
Brit Hadashá: Mateo 5:21 - 30

UN CONSEJO AL ORDEN

El nombre Yitró, tiene varios significados según la interpretación. Algunos de los más comunes son: «Excelencia» o «Abundancia»: Esta interpretación viene de la raíz hebrea «Y-T-R», que significa «añadir» o «exceder». En este contexto, «Yitró» puede interpretarse como «el que es excelente» o «el que tiene abundancia». «Suponiendo que tiene mérito»: Algunos comentaristas explican que Yitró es un nombre simbólico, dado a un hombre que se destacó por su sabiduría y mérito al ser sacerdote de Midián y, que más tarde, se convirtió al judaísmo. El Talmud (en Yevamot 47b) señala que Yitró es uno de los pocos ejemplos de un gentil que se convierte de manera ejemplar, mostrando que incluso aquellos fuera de Israel pueden unirse a la fe de la Torá a través de la sinceridad y el reconocimiento de la divinidad y unicidad de Hashem. 

  • La llegada de Yitró y su conversión: Ahora Yitró el sacerdote de Midyan/Midián el suegro de Moshé, oyó todo lo que Elohim había hecho por Moshé y por Yisra’el su pueblo, como Hashem había sacado a Yisra’el de Mitzrayim Yitró, sacerdote de Midián y suegro de Moshé, escucha sobre los milagros que Hashem ha realizado por Israel, como la salida de Egipto y las victorias contra Amalek. Impresionado, va a ver a Moshé, quien le relata todo lo sucedido. Yitró alaba a Hashem y ofrece una ofrenda junto con sacrificios, siendo acompañado por Aarón y los ancianos de Israel. 

  • El consejo de Yitró a Moshé: Al día siguiente Moshé se sentó para resolver disputas para el pueblo, mientras el pueblo estaba alrededor de Moshé desde la mañana hasta la noche. Cuando el suegro de Moshé vio todo lo que él estaba haciendo al pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces al pueblo? ¿Por qué te sientas ahí solo, con todo el pueblo parado alrededor de ti desde la mañana hasta la noche? Moshé respondió a su suegro: Es porque el pueblo viene a mí para buscar el consejo de Elohim. Cuando sea que ellos tienen una disputa, y vienen a mí; yo juzgo entre una persona y otra, y yo explico a ellos las leyes y enseñanzas de Elohim. El suegro de Moshé le dijo a él: Lo que estás haciendo no es bueno. De cierto te agotarás del todo y no sólo tú mismo, pero este pueblo aquí contigo también. Es mucho para ti no lo puedes hacer solo, por ti mismo. Así que escucha ahora lo que yo tengo que decir. Yo te daré algún consejo, y Elohim estará contigo. Tú debes representar al pueblo delante de Elohim, y tú debes traer sus casos a Elohim. Tú también debes enseñarles las leyes y las enseñanzas, y mostrarles cómo deben vivir sus vidas y qué trabajo deben hacer. Yitró observa la carga excesiva que Moshé enfrenta al juzgar todas las disputas del pueblo. Le aconseja delegar responsabilidades judiciales a hombres capaces, de modo que Moshé se encargue solo de los casos más importantes. Moshé acepta este consejo y establece un sistema de jueces para el pueblo, organizados en distintos niveles (de miles, cientos, cincuentas y diez).

  • La llegada al Monte Sinaí y la recepción de la Torá: En el tercer mes después que los hijos de Yisra’el habían salido de la tierra de Mitzrayim, el mismo día ellos vinieron al Desierto del Sinaí. Después de salir de Refidim y arribar en el Desierto del Sinaí, ellos acamparon en el desierto; allí delante de la montaña.

  • Pon límites alrededor del monte y santifícalo: Moshé respondió a Hashem: el pueblo no ascenderá al monte Sinaí pues Tú ya nos advertiste, diciendo: Pon límites alrededor al monte y santifícalo. En hebreo, “santificar” significa ´separar´ y ´aislar´, que en este caso específico alude a aislar al monte para que el pueblo no se acerque. “Santificar” es lekadesh, de la misma raíz que kadosh, ´santo´. Y por eso, a la Esencia de la divinidad se la denomina Hakadosh Baruj Hu, “el Santo, Bendito es”, porque está aún separado y aislado de la existencia física.  En la mañana del tercer día, hubo truenos, relámpagos y una nube espesa sobre la montaña. Entonces un shofar sonó tan altamente que toda la gente en el campamento tembló. Moshé sacó al pueblo fuera del campamento para recibir a Elohim; ellos se pararon cerca de la base de la montaña. El Monte Sinaí se envolvió en humo, porque Hashem descendió sobre él en fuego su humo subió como humo de un horno, y toda la montaña se estremeció violentamente. Según el sonido del shofar se hacía más y más alto, Moshé habló; y Elohim le respondió con una voz. Yisra’el acampó. Israel llega al desierto del Sinaí, donde Moshé sube al monte y recibe instrucciones de Hashem. Hashem promete hacer de Israel un «reino de sacerdotes» y una nación santa. El pueblo se purifica, y el tercer día Hashem desciende sobre el monte con grandes señales, como truenos, relámpagos y el sonido del shofar.

  • Pacto de Hashem con los israelitas: Hashem establece un pacto con el pueblo, exigiendo obediencia a Su voz para ser Su «tesoro» especial entre las naciones. El pueblo se compromete a seguir las órdenes de Hashem, y Moshé les instruye sobre la purificación y el límite que deben mantener alrededor del monte Sinaí. El tercer día, la montaña se cubre con una nube espesa, y el pueblo experimenta un encuentro asombroso con la presencia divina.

  • Los Diez Mandamientos (Aséret Hadibrot) (Las Diez Palabras): Finalmente, Hashem revela los Diez Mandamientos, que son los principios fundamentales de la Torá, comenzando con la declaración «Yo soy Hashem, tu Hashem, que te saqué de la tierra de Egipto». Estos mandamientos establecen las leyes morales y espirituales para la vida de los israelitas, regulando su relación con Hashem y con los demás. Los primeros mandamientos subrayan la necesidad de reconocer a Hashem como el único Elohim verdadero, lo que es crucial para establecer una relación cercana y exclusiva entre Hashem y el pueblo judío. La creencia en un solo Hashem y la obediencia a Su voluntad son principios centrales del judaísmo. Los mandamientos que se enfocan en las relaciones interpersonales (como no matar, no robar, no mentir, honrar a los padres, etc.) son esenciales para la creación de una sociedad moral y justa. La Torá enseña que la observancia de estos mandamientos fomenta una vida en armonía y paz dentro de la comunidad. El mandamiento de descansar en el Shabat (día de reposo) es central en el judaísmo. Representa tanto un descanso físico como espiritual, un recordatorio de la creación del mundo por parte de Hashem y un símbolo de la alianza entre Hashem y el pueblo de Israel. Los Diez Mandamientos forman parte del pacto entre Hashem y los israelitas. Al cumplir estos mandamientos, tanto judíos, como creyentes en Yeshua HaMashiaj, demuéstranos lealtad a Hashem y su compromiso con Su Torá, lo cual refuerza el sentido de identidad y pertenencia como pueblo elegido. Cada mandamiento tiene una dimensión ética y espiritual que trasciende las leyes sociales. Obedecer los Diez Mandamientos es visto como un medio para alcanzar una vida más plena y acercarse a la santidad, tanto en la relación con Hashem como con los demás seres humanos.

HAFTARÁ

En el año de la muerte del rey Uziyah yo vi. a Hashem sentado en un Trono alto y exaltado. Y el Templo estaba lleno de Su Gloria. Alrededor de El había serafim, cada uno tenía seis alas con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies y con dos ellos volaban. Ellos clamaban gritando el uno al otro: ¡Kadosh, Kadosh, Kadosh, es Hashem-Tzevaot! Toda la tierra está llena de Su Gloria. Los dinteles de las puertas se estremecieron al sonido de su clamor, y la casa fue llena de humo. Entonces dije: ¡Ay de mí! ¡Porque estoy punzado en el corazón! por ser un hombre y con labios inmundos, habitando en medio de un pueblo con labios inmundos, he visto con mis propios ojos al Rey, YAHWEH-Tzevaot!

La visión de Ieshasiá (Isaías): El profeta tiene una visión del Templo celestial. Esta visión refleja la majestad y la santidad de Hashem, similar a lo que experimentó el pueblo de Israel en el Monte Sinaí, cuando la montaña estaba rodeada de fuego y humo mientras Hashem hablaba desde las alturas. Isaías ve a los serafines (ángeles celestiales) que están cerca de Hashem, proclamando: Santo, Santo, Santo es el Señor de los ejércitos. Esta proclamación resalta la santidad absoluta de Hashem. El tema común entre la Haftará y la parashá de Yitró es la revelación de la presencia divina, la santidad de Hashem, y el llamado a vivir de acuerdo con esa revelación. En el Monte Sinaí, el pueblo de Israel experimenta la cercanía de Hashem de manera directa y, por lo tanto, es desafiado a purificarse y vivir conforme a Su voluntad. Isaías, en su visión, también es purificado y se prepara para cumplir su misión de transmitir el mensaje de Hashem a su pueblo.

BRIT JADASHÁ

Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados: No mates. También se les dijo que todo el que mate quedará sujeto al juicio del tribunal. Pero yo digo que todo el que se enoje con su hermano quedará sujeto al juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insulte a su hermano quedará sujeto al juicio del Consejo. Y cualquiera que le diga: Insensato, quedará sujeto al fuego del infierno. Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda. Si tu adversario te va a denunciar, llega a un acuerdo con él lo más pronto posible. Hazlo mientras vayan de camino al juzgado, no sea que te entregue al juez, el juez al guardia y te echen en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo.

En estos versículos de Mateo, Yeshua va más allá de la interpretación tradicional de la ley. Él no solo prohibió los actos externos de violencia y adulterio, sino que también profundiza en la raíz de estos pecados: la ira, el desprecio, y el deseo impuro. Nos llama a una justicia que no se limita a la obediencia externa, sino que transforma el corazón y las intenciones. La reconciliación es esencial para la paz con Hashem y con los demás, y la pureza interna es tan importante como la acción externa. La enseñanza de Yeshua sobre la ira, el adulterio y la pureza del corazón revela la profundidad ética del Reino de los Cielos, donde el cumplimiento de la ley no es solo un asunto de obediencia externa, sino de una transformación interior que busca vivir de acuerdo con el amor y la santidad de Hashem.

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Bendiciones para Janucá

  • Todas las noches

    Lehadlik Ner

    בָּרוּךְ אַתָּה ה' אֱלֹהֵינוּ מֶלֶךְ הָעוֹלָם, אֲשֶׁר קִדְּשָׁנוּ בִּמְצִוֹתָיו וְצִוָּנוּ לַהֲדְלִיק נֵר שֶׁל חֲנֻכָּה

    Baruj Atá Adonai, Eloheinu Mélej HaOlam, asher kid'shanu b'mitzvotav v'tzivanu lehadlik ner shel Janucá.


    Bendito eres Tú, Señor nuestro Dios, Rey del universo, que nos santificaste con Tus mandamientos y nos ordenaste encender las luces de Janucá.
  • Todas las noches

    Al Hanisim

    בָּרוּךְ אַתָּה ה' אֱלֹהֵינוּ מֶלֶךְ הָעוֹלָם, שֶׁעָשָׂה נִסִּים לַאֲבוֹתֵינוּ בַּיָּמִים הָהֵם בַּזְּמַן הַזֶּה

    Baruj Atá Adonai, Eloheinu Mélej HaOlam, sheasá nisim la’avotenu bayamim hahem bazman hazé.


    Bendito eres Tú, Señor nuestro Dios, Rey del universo, que hiciste milagros a nuestros antepasados en esos días y en este tiempo.
  • Solo la 1ª Noche

    Shehejeianu

    בָּרוּךְ אַתָּה ה' אֱלֹהֵינוּ מֶלֶךְ הָעוֹלָם, שֶׁהֶחֱיָנוּ וְקִיְּמָנוּ וְהִגִּיעָנוּ לַזְּמַן הַזֶּה

    Baruj Atá Adonai, Eloheinu Mélej HaOlam, shehejeianu, vekiimanu, vehiguianu lazman hazé.

    Bendito eres Tú, Señor nuestro Dios, Rey del universo, que nos has dado vida, nos has sostenido y nos has permitido llegar a este momento.

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בָּרוּךְ אַתָּה יְהֹוָה אֱלֹהֵֽינוּ מֶֽלֶךְ הָעוֹלָם אֲשֶׁר קִדְּ֒שָֽׁנוּ בְּמִצְוֹתָיו וְצִוָּֽנוּ עַל סְפִירַת הָעֹֽמֶר
Baruj Atá Adonai, Elohenu Melej haOlam, asher kidshanú, bemitzvotav vetzivanu al Sefirat haOmer.
Bendito eres Tú, D~os nuestro, Soberano del universo, que nos ha santificado con su mandamientos y nos ordenaste el conteo del Omer.
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SEFIRAT HAOMER

El 16 de Nisán [23 de Abril] al ocaso, comenzaremos el conteo del Omer. Descarga tu calendario para llevar el conteo.

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